Las energías alternativas, energías limpias por no generar residuos ni contaminación, e inagotables, están siendo combatidas con fiereza por los partidarios de las convencionales, las que han venido siendo habituales. Están degradando el planeta, aunque cínicamente lo nieguen, en gran medida movidos por el interés del poderoso lobbie de las energéticas, quienes no quieren ver mermar un ápice sus ya abultados beneficios. En el mundo económico actual, tan alejado del liberalismo del XVIII y XIX, fagocitado por el egoísmo ultracapitalista, todo es lícito si se trata de mantener beneficios aún a costa de hundir en la pobreza, incluso en la miseria a amplios sectores de la población. Sin embargo, les guste o no, lo admitan o lo nieguen, con las energías solar, eólica, hídrica, marina o de reciclaje, habría electricidad limpia mientras haya sol, viento, mareas y basuras.. Sacar energía de la basura, por ejemplo, elimina suciedad, contaminación y bastantes enfermedades.
Sin embargo los lobbies y sectas pro-destrucción del planeta para continuar enriqueciéndose, se empeñan en mantener productores de energías muy caros, peligrosos y contaminantes, como la nuclear, la peor de todas, con su triple riesgo: el del mantenimiento de las centrales, de su vida después de cumplir el limitado plazo de funcionamiento —limitado, salvo que se las fuerce y se las mantenga más tiempo en uso con lo cual aumenta su peligrosidad— y el elevado coste de cubrirla con una capa de hormigón para evitar la propagación de la radiactividad, activa durante al menos doscientos años. Y el de los residuos, su tercer punto en contra, donde los andaluces debemos decir mucho porque en El Cabril soportamos los de las centrales españolas y muchas europeas. Igual que soportamos la basura contaminante en Nerva. Que para eso nos quieren en Europa.
Pero la agresiva derechona energética no se corta, como siempre triunfalista y con una mayoría de argumentos falsos y otra de medias verdades —la peor de las mentiras— no tiene reparos en mentir e incluso insultar a los defensores de las energías renovables, únicas limpias e inagotables, repetimos. Inagotables y recuperables. Las placas solares colocadas en azoteas y tejados de viviendas e instalaciones autónomas comerciales e industriales, suponen un verdadero, cierto, considerable e innegable ahorro para la producción, el transporte, la economía de esas familias y empresas y en consecuencia la del país. Naturalmente, por desgracia, eso no preocupa en absoluto a las eléctricas y sus defensores y defensoras, preocupa tan sólo mantener sus elevados beneficios, a costa de lo que sea, incluso de la vida y la destrucción del planeta, cínicamente negado pese a estar viéndolo cada día. Ninguna de las renovables es perjudicial para la salud ni su proceso de producción daña a la naturaleza, como el petróleo y el uranio.
Sólo un problema se plantea a la eólica: el riesgo para las aves, que se termina colocando a los molinos una red, para evitar el choque de las aves con las aspas manteniendo su rentabilidad. Sin embargo la eólica ocupa relativamente mínimo espacio: su existencia no impide el cultivo de la tierra. La solar, colocadas las placas en montes secos o terrenos áridos y baldíos, recupera el suelo, su sombra atrae de nuevo el rocío fertilizante. Sólo una cosa es mejorable y viene de la ambición, cuando se ordena arrancar árboles para ponerlas en su lugar y si esos árboles son olivos, además se perjudica directamente la economía, grave torpeza o interés inconfesable de Moreno, tanto como mentir en defensa de las energías sucias, dañinas y peligrosas como la nuclear de fisión, la utilizada hasta el momento, porque la fusión, que no produce desperdicio porque consume el átomo al completo, todavía requiere una investigación amplia, al superar su coste de producción al producto obtenido, según los ensayos de la Lawrence Livermove Laboratory, en Livermory (California), llevadas a cabo el 5 de diciembre de 2022 y el 30 de julio de 2023.
Hasta encontrar la forma de abaratar el coste de producción, la fusión es irrealizable, pero aunque no deja residuos, el riesgo de su existencia ya está probado en Ucrania hace años. Las renovables en cambio son limpias, ahorran transporte por su versatilidad, recuperan el terreno y son inagotables. ¿Cómo pueden tener enemigos, si no median intereses personales ocultos?
Cara y contaminante es el transporte de energía, elemento sustituible en gran parte por el uso de placas solares en viviendas y naves industriales y comerciales.