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¿Fachas o valientes?
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¿Fachas o valientes?

Por Juan Torrijos Arribas
miércoles 10 de septiembre de 2025, 06:00h
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Podrían mantenerse callados los dos socialistas, no opinar sobre lo que está haciendo el gobierno de su compañero de partido, Pedro Sánchez, y no estarían recibiendo ataques todos los días de sus antiguos correligionarios. Son de los pocos que están siendo fieles con su ideario político, se esté o no de acuerdo con el mismo, y les están contando al ciudadano lo que piensan del actual gobierno de su partido. Cierto que podrían ser algo más expeditivos y dejar el partido, pero es lo que deben estar queriendo algunos de los que se arrodillan ante el puto amo, que Felipe González y Alfonso Guerra dejen de ser un referente de la socialdemocracia que estuvo gobernando en España durante algunos años, y que, con sus sombras y sus luces, supo poner a este país a la altura de Europa.

De vez en cuando llegan noticias de que algunos de los viejos militantes del Psoe se reúnen, y se levantan esperanzas e ilusiones ante los que piensan que puede volver aquel partido. Que se las quiten. Aquel Psoe de luces y sombras no volverá. El que se asomó con Zapatero a la victoria y sigue con Sánchez, tiene poco de luces, y mucho de sombras. Con el gran Pedro tenemos a los de Bildu sentados en el congreso, pidiendo la disolución de este país desde la tribuna, y recibiendo prebendas desde su gobierno, o los racistas del Pnv, aunque aquí es justo reconocer que a los de Sabino Arana se les ha dado gloria, fama y dinero desde todos los gobiernos que han llegado a la Moncloa, también los del Pp. Algo parecido ocurre con los catalanes, aunque estos han superado todas las previsiones que podíamos imaginar, y Pedro los perdona, los amnistía y les da todo el dinero que necesitan para seguir haciendo burdas patrañas contra la unión de todos los españoles.

Es ante estas situaciones que se están viviendo cuando hemos visto las reacciones de Felipe González y Alfonso Guerra, no se han callado, canallas y malvados, le decía aquel vicepresidente de Felipe, es de agradecer que sean ellos. Son de las pocas voces con prestigio que se han levantado en contra de un gobierno de su propio partido, sin importarle el que sus compañeros de formación los sumen al coro de los llamados fachas. A veces defender una verdad como hacen ellos puede costar que algunos de sus antiguos lo vean como esos viejos jarrones convertidos al más rancio conservadurismo patrio. Sus críticas a la amnistía ha sido de antología, incluso más impactante que las de los propios de la oposición, y eso es de agradecer por los que tenemos la convicción de que no hay mayor corrupción que la política, y eso es la amnistía, la más grande y corrosiva corrupción política que se ha vivido y se vive en nuestro país.

La impresión que algunos tenemos de la nueva versión de Felipe y Alfonso es la de creer que están siendo fieles a sus ideales, con ellos este país estaba intentando olvidar los años pasados, se vivía cierta reconciliación entre las dos Españas. Esas que desde Zapatero y Sánchez están volviendo a la pelea, a la batalla diaria, a lucha como si de nuevo estuviéramos en aquellos años de los treinta, y a la que a algunos nos hiela el corazón. Felipe y Alfonso, con todas las sombras que ustedes quieran, estaban acabando con todo aquello que desenterró la llegada de Zp, y que pregona hoy Pedro Sánchez, el más hipócrita, estúpido y chulo presidente que ha pasado por la Moncloa.