Dicen que “sólo se copia lo malo”. Pero, para ayudar a despertar la hilaridad de otro momento (los Mateo, los Inda y gente así) a veces parece que no. Que hay gente inteligente, unas veces; otras, gente aprovechada, a quienes nada preocupa el ridículo galopante de criticar, reírse y luego calcar. A pesar de la dificultad actual para encontrar papel carbón en las papelerías. No se las ingenian, que es sinónimo de ingenio, sólo se las arreglan. Que una copia virtual, la verdad, se queda en nada.
Así que los independentistas de los independentistas… a ver si nos explicamos, los que se plantean independizarse de los independentistas, han venido a demostrar que los andaluces, como de costumbre, vamos por delante. A pesar de las risas y la mala leche de comentaristas capaces de creer en su capacidad para sacar chistes y hacer reír al personal, sin darse cuenta de lo cómico de sus gestos y la inexistente gracia de sus palabras. A pesar de las risas, por ahí ya se suman a la iniciativa de la Asamblea Nacional Andaluza. No se vayan a reír que esto es muy serio. O sí, como quieran, ríanse si saben reír bien, si lo que les mueve es el sentido del humor en vez de la leche agria, que el humor es lo más serio que pueda verse. La noticia ha saltado en domingo, será que no tienen intención de pedir referéndum alguno, ahora que las elecciones se hacen en día laborable: Tabarnia ha anunciado la formación de una “autonomía virtual”, con un Gobierno (autonómico) igualmente virtual. ¿Lo ves, Puigdemont? ¿Lo veis, amigos independentistas? Una República virtual habría ahorrado los palos de la poli, los mosqueos del Presi, la intervención de los jueces (y juezas), y habría ahorrado pasta, que la pela es la pela. Ya ven: la solución está en seguir las iniciativas andaluzas, como el idioma llamado “castellano” y “español”, lleva siglos siguiendo las normas y las innovaciones andaluzas, aunque les duela y se empeñen en negarlo.
Una Autonomía virtual es lo más práctico: no necesita edificios, no necesita funcionarios. Y, sobre todo ¡qué alivio! No necesita políticos. Que ya tenemos bastantes. Una República virtual necesita trabajo, ofrecer alternativas, que sólo se pueden ofrecer cuando hay alternativas.
Una Autonomía virtual es lo más práctico: no necesita edificios, no necesita funcionarios. Y, sobre todo ¡qué alivio! No necesita políticos. Que ya tenemos bastantes. Una República virtual necesita trabajo, ofrecer alternativas, que sólo se pueden ofrecer cuando hay alternativas. No se basa en agravios ni en guardarse el beneficio: descubre, razona y demuestra la utilización depredadora de una Comunidad por un Estado corrupto. Demuestra y desprecia el desprecio de la miseria provocada por un Estado miserable. Una Autonomía desgajada de otra, (antes de darle tiempo a independizarse, no vaya a estropearle la faena), sólo necesita un referéndum, al cual el Gobierno únicamente puede oponerse por una razón. Una sola: Por el agravio que significaría haberse negado antes y hacerlo ahora, cuando lo que se busca es dividir a la primera. Sería muy conveniente, pero nadie cree que puedan llegar a ser tan torpes, hasta llenar de razón a quienes se les prohibió hacer un referéndum, contraviniendo la mínima legitimidad democrática. Y, como no puede haber referéndum, porque el Gobierno, aunque cree y anime a la nueva pretensión autonómica, para minar a la secesionista, no la puede minar seriamente, permitiendo su separación, que sería demasiado descarado y hace mucho frío para quedar con el culo al aire, sólo puede intentar crearle conflicto con un pequeñísimo grano de arena en el zapato, que, este sí, está despertando una jocosa y delirante hilaridad hasta en los catalanes partidarios de la unidad con España.
A quienes, como ahora no se trata de Andalucía, no vemos ni veremos reír, es a los profesionales de la risotada y del (mal) humor (por malo, que no es lo mismo que malhumor), como los Dani Mateos, los Inda, los Cordero (que buen nombre), los Marhuenda y otra gente de semejante estilo y capacidad intelectual.
Pues, nada, ánimo. Detrás puede venir una “República Virtual de los Estados Unidos ibéricos”, fíjense qué bonito. Y hasta –si no nos dejan ser andaluces- una Monarquía virtual, a ver si cuela. Que, como sería virtual, no sería real y no nos pueden prohibir lo que es irreal. ¿Queda claro, No? lo que queda más claro que el agua limpia y clara, es que para eso no hace falta monarquía ni siquiera virtual. Mejor sigan copiándonos. Ya sabemos que no lo hacen por solidaridad, ¡faltaría más! pero cuanto más nos copien más nos prestigian y legitiman. Así que muchas gracias, tabarnieros.