La organización ecologista Greenpeace ha denunciado la situación de hacinamiento y estrés en las macrogranjas marinas de lubina y dorada en el litoral valenciano y andaluz, incluyendo Roquetas de Mar y Villaricos en Almería, donde se han documentado imágenes inéditas de peces en jaulas de confinamiento en un estado de conservación y suciedad lamentables.
La investigación de Greenpeace, la primera a bordo del Witness en España, ha revelado que la acuicultura industrial en España no es una actividad sostenible debido al elevado número de establecimientos de especies carnívoras. La organización ecologista ha tomado muestras del agua para su posterior análisis en laboratorio y ha constatado que la producción de especies como la dorada y la lubina en estas macrogranjas marinas genera daños en los ecosistemas marinos y maltrato animal.
En Almería, la producción de lubina y dorada en macrogranjas marinas como las de Roquetas de Mar y Villaricos ha generado un gran impacto en los ecosistemas marinos locales. La organización ecologista ha documentado imágenes de peces en jaulas de confinamiento en un estado de conservación y suciedad lamentables, con aguas turbias y ejemplares muertos en los fondos de las redes.
La responsable de la campaña de océanos de Greenpeace, Marta Martín-Borregón, ha asegurado que "están tratando de convencernos de que la acuicultura es la solución a la sobrepesca y esto no es real: las macrogranjas marinas están contribuyendo al colapso de los stocks pesqueros". Martín-Borregón ha pedido medidas urgentes para proteger la biodiversidad y la salud humana, y ha exigido un cambio de modelo de producción que proteja la pesca artesanal de bajo impacto.
En Almería, la producción de lubina y dorada en macrogranjas marinas ha generado un gran impacto en los ecosistemas marinos locales. La organización ecologista ha documentado imágenes de peces en jaulas de confinamiento en un estado de conservación y suciedad lamentables, con aguas turbias y ejemplares muertos en los fondos de las redes.
La técnico de Greenpeace ha apuntado a la necesidad del "cambio de modelo de producción y la protección de la pesca artesanal de bajo impacto como modelo de producción sostenible para la biodiversidad y para nuestra salud”.