Cuando el pasado miércoles el alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, rubricaba el convenio de los empleados municipales junto a los representantes de la parte social mayoritaria ponía el punto y final a varios meses de negociación para llegar a un acuerdo en el que todos salimos ganando: Ayuntamiento, sindicatos, trabajadores y vecinos.
Han sido muchas horas de diálogo y de debate con el objetivo común de llegar a un punto de encuentro que permitiera disfrutar de una estabilidad social y laboral durante, al menos, cuatro años, lo que, sin duda, va a redundar en una mayor eficiencia en la labor municipal que es, al fin y al cabo, lo que nos demandan los almerienses. Porque, como dijo nuestro alcalde, los políticos somos los que debemos dar un impulso a la gestión, pero son los trabajadores municipales los que se encargan de su ejecución y hoy por hoy el Ayuntamiento de Almería es percibido como una institución eficaz, es decir que hace su trabajo.
El abrumador respaldo que ha obtenido el convenio viene a corroborar la firme voluntad de consenso del Equipo de Gobierno, pero también es una demostración del compromiso sindical por alcanzar un acuerdo, sabedores todos de que ello es lo que nos exigían los vecinos de la ciudad.
Ambas partes hemos hecho un esfuerzo para conseguir, sin duda, el mejor acuerdo al que podíamos llegar. Y no hablo exclusivamente en términos económicos sino, sobre todo, sociales porque en él se recoge una clara apuesta por la conciliación de la vida personal, laboral y familiar con medidas como la incorporación del sistema de jornada flexible, el permiso de lactancia, la amplificación de la jornada reducida coincidiendo con el calendario escolar y permisos para cuidados de familiares por enfermedad muy grave en hospitalización y durante la continuidad de los tratamientos.
Almería es una ciudad moderna que requería un convenio acorde al tiempo que vivimos y es lo que hemos hecho para que el Ayuntamiento siga siendo una herramienta útil al ciudadano y el motor del progreso y dinamismo de la ciudad.