Cuando el PSOE hace ganador al PP

Podría referirse este artículo al comportamiento de Pedro Sánchez en el asunto de la investidura del próximo presidente de Gobierno, un comportamiento calcado del que le ha hecho batir su propio récord y bajar aún más en votos y en escaños.

Pero no, en Almería tenemos experiencia en ese tipo de estrategias tan estratégicas que sólo entienden los estrategas estratégicos. Viendo lo ocurrido en Albox no puedo menos que recordar aquella brillante idea de los ideólogos socialistas que buscando dinamitar al PP lograron otorgarle un apoyo electoral del que ocho años después siguen disfrutando, y a tanta distancia del PSOE que alguien debería dimitir.

Que José García esté investigado, que Rogelio Mena esté inhabilitado e investigado, y que Sonia Cerdán accediera a la Alcaldía de modo ilegal, sólo podía tener como remate, que los socialistas hicieran alcalde a un señor con 350 votos para evitar que pueda serlo el líder del PP con más de 2.000.

Para colmo, a los socialistas no se les cae la cara de vergüenza al afirmar en rueda de prensa que le apoyan porque sus programas son “coincidentes”, obviando que aupan al cargo a un señor que ideológicamente está más a la derecha que el PP, pero mucho, mucho, mucho más. Pero los programas son coincidentes ya que -y ahí viene lo importante- el equipo de gobierno municipal lo van a seguir formando los mismos, es decir, que van a seguir cobrando del ayuntamiento. Eso es lo importante, ya que objetivamente en ningún momento de la comparecencia pública que confirmaba el pacto se habló de medias de gobierno concretas.

Y qué decir de aquellos que votaron a CILUS y al señor Torrecillas, que han visto como accede a la Alcaldía manteniendo como número dos a la propia Cerdán contra la que ha ido en los tribunales -tras la denuncia del PP-, y arropado por todos aquellos a los que dos días antes consideraba inmersos en un mar de corruptelas.

Es como cuando el PSOE se confabuló con los ejidenses Juan Enciso y José Añez para dinamitar el PP en la provincia de Almería desde la Diputación, y lo único que lograron es que salieran a la luz sus conversaciones telefónicas -gracias a la Operación Poniente- evidenciándose su connivencia. El resultado de aquello es bien conocido, el PP salió tan reforzado que aumentó en votos a pesar de la presencia electoral del PAL; que el PSOE comenzó a hundirse, que el PAL desapareció y quien fuera su presidente tiene un pie en la trena mientras su secretario general vive ricamente acogido por la administración autonómica, y que aquellos estrategas socialistas sufrieron un “golpe” interno que les mandó fuera de la vida política.

Es por eso que haga lo que haga Sánchez, en Almería estamos curados de espanto. Eso sí, le recuerdo como acabaron los líderes socialistas de la operación PAL... y que los actuales líderes socialistas de la provincia también lo tengan en cuenta. Memoria histórica, vamos.