Níjar es un municipio eminentemente agrícola. Cuenta con 6.000 hectáreas de cultivos intensivos, de las cuales la mitad corresponden a cultivos ecológicos. Eso significa que Níjar es el municipio de toda Europa con mayor porcentaje de superficie de cultivos ecológicos. Ningún otro municipio supera a Níjar en todo el continente. Aquí, nuestra agricultura ha sabido hacer bandera de las tres ‘eses’: sabor, salud y sostenibilidad. Efectivamente, en nuestra tierra se cultivan las mejores hortalizas frescas del planeta; hortalizas sabrosas, saludables y sostenibles. Y los nijareños nos sentimos profundamente orgullosos de ello.
Que Níjar sea líder europeo en sostenibilidad pasa, entre otras cuestiones, por un uso eficiente del agua para riego. Aquí se aprovecha como en ningún otro lugar cada gota de agua. Ese uso modélico del agua para riego es un logro exclusivo de los agricultores y de las empresas agrícolas que los respaldan. Ahora bien: es cierto que, de un tiempo a esta parte, el agua de riego para el Campo de Níjar vive días difíciles. Y una cosa está clara: no es culpa de los agricultores. Todo lo contrario, son ellos los que sufren en sus carnes este problema. Es cierto que existen varios factores para que esa situación persista, pero no es menos verdad que uno sobresale por encima del resto: el mal funcionamiento de la desaladora de Carboneras, que acumula una avería tras otra desde hace años.
El último gran apagón del pasado 28 de abril ha supuesto la puntilla a esa colección de despropósitos en lo que a averías se refiere. La desaladora de Carboneras, que depende de Acuamed —Gobierno de España— tiene que suministrar la mayor parte de agua para riego al Campo de Níjar, pero esas constantes averías provocan graves perjuicios a la principal actividad productiva de nuestro municipio: la agricultura. Sin ir más lejos, ya lo vivimos el pasado verano. Y el próximo verano, que está a la vuelta de la esquina, podemos vernos en una situación similar si quien tiene la responsabilidad de garantizar el agua para el Campo de Níjar, no cumple con dicha responsabilidad.
Por otro lado, está la desaladora ‘Mar de Alborán’, que es de titularidad privada y que lleva funcionando poco tiempo. A las pocas horas de producirse el gran apagón, mis concejales y yo nos reunimos con sus gestores para contemplar un plan de contingencia en caso de que los problemas con la desaladora de Carboneras se prolongasen en el tiempo, y quiero agradecer esa plena disponibilidad a la colaboración con el Ayuntamiento de Níjar para trabajar conjuntamente en las soluciones de emergencia que se requieren actualmente.
Un pequeño inciso: el agua para abastecimiento —esa que sale por los grifos de las casas de los nijareños—, que es la que depende del Ayuntamiento de Níjar, está plenamente garantizada por el trabajo que hemos hecho conjuntamente con el socio privado del Consistorio (Emanagua). En cambio, es el agua para riego, que no es competencia del Ayuntamiento, la que está en jaque. Y exigimos a la administración competente, que no es otra que el Gobierno central —aunque haya quien, a río revuelto y envuelto en populismo, pretenda confundir el tiro— que cumpla con su deber y garantice agua a todos los regantes del Campo de Níjar.
También quiero dejar claro que, desde el primer momento, el Ayuntamiento de Níjar ha mostrado su disponibilidad, en el ámbito de sus competencias, para la colaboración, coordinación y cooperación que fuese necesaria con Acuamed, con todas las administraciones públicas —colores políticos al margen—, con las comunidades de regantes y con todos los agentes implicados para garantizar el agua que se requiere para salvar la campaña agrícola en el Campo de Níjar, que actualmente se encuentra en pleno cultivo y comercialización de sandía. Y esa mano sigue, y seguirá, tendida a todos los agentes implicados, porque al fin y al cabo nos mueve únicamente el interés general de los nijareños. No es poca cosa la que está en juego: que contemos con el agua necesaria para que Níjar siga siendo pionero en Europa a la hora de suministrar las mejores hortalizas frescas por todo el continente. Y mi equipo de Gobierno va a continuar dejándose la piel para que, por la parte que nos toca, siga siendo así.