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La felicidad
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La felicidad

Por Juan Torrijos Arribas
lunes 20 de octubre de 2025, 06:00h
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Una encuesta realizada por un instituto americano nos viene a decir que las personas conservadoras son más felices que las progresistas. Si lo dicen los americanos, habrá que creérselo, pero no lo tengo muy claro. ¿Es más feliz Feijóo que Sánchez? Si es por las caras que nos ofrecen, es cierto que en estos últimos tiempos a Pedro no se le ve muy contento, pero a Feijóo nunca le hemos visto una cara donde rebose la felicidad. Si se bajan ustedes a Almería, es cierto que a don José María Martín no se le ve cara de felicidad, pero lo mismo podemos decir, por ejemplo, de la edil de urbanismo de la capital, doña Eloísa, la mujer no anda de sonrisa en sonrisa. A doña Adriana Valverde no le hemos visto una alegría en la cara, pero tampoco puede presumir de ello Ramón F. Pacheco, el consejero de Moreno Bonilla.

Si volvemos a las alturas madrileñas, ¿creen ustedes que es feliz la compañera de Pablo Iglesias, la señora Montero? Si es por su cara, no lo parece. Qué careto de enfado tiene siempre la señora, y eso que cobra trece mil euros al mes. Tampoco nos parece que Cuca Gamarra ofrezca a la opinión pepera una sonrisa, como no lo hace la ministra de defensa. Y que me dicen ustedes de Marlasca. No se ríe ni con chistes del comandante. Pero si se trata de seriedad, llegando a la mala cara, ahí tienen ustedes a Óscar, el de las vías y puentes de Sánchez. Tampoco es que el tal Tellado sea un tío gracioso, más bien lo contrario. De Yoli, la gallega marinera, solo hay que oírla para darnos cuenta de que esta mujer no puede ser feliz, no sabe ni como se dice. Creo que durante algún tiempo la esposa de Sánchez, doña Begoña, fue feliz, pero todo indica que últimamente se le ha agriado el carácter.

Bajamos de nuevo. ¿Ustedes ven feliz a la alcaldesa de Almería? ¿Y al hijo del notario? Caras, caras de felicidad no se les nota en los plenos, ni siquiera en las convocatorias de prensa, y si hablamos de las obras del Paseo, mejor callarnos, ¿verdad, María? El señor Rojas no está para contar chistes, y la señora Aguilar ni para oírlos. En fin, que no me creo lo del estudio o encuesta americana. Veo a los progres almerienses, y no los veo contentos, y menos felices, miro a los conservadores y caritas de pena es lo que nos ofrecen. Debe ser que los políticos, por mucho que ganen, no son felices. Imagino que Ábalos, cuando estaba en los brazos de sus sobrinas lo sería, si no lo era, encima que lo pagaba el pueblo: Menudo gili.