El último Panel de Hogares del segundo trimestre de 2025 nos lanza un dato que no podemos ignorar: los hogares que han puesto una reclamación sobre contenidos para menores se han triplicado en solo un año, pasando del $2,6\%$ al $7,5\%$. Esto significa que los padres españoles están mucho más atentos y, sobre todo, mucho más beligerantes a la hora de proteger a sus hijos de lo que ven en las pantallas.
Y es que, si lo piensas, con la cantidad de horas que pasan nuestros chavales consumiendo vídeos y series, la preocupación es más que legítima. Como decía mi madre, la de Huércal de Almería, "si no vigilas lo que come tu hijo, ¿cómo no vas a vigilar lo que le entra por los ojos?".
Me parece un dato fantástico que el $75\%$ de los hogares con hijos conozca las herramientas para bloquear o filtrar contenidos. ¡Estamos usando la tecnología a nuestro favor! La CNMC señala que estas herramientas se usan sobre todo en los servicios de vídeo bajo demanda (35,7%) y en las plataformas de intercambio de vídeo como YouTube o TikTok (35,5%). Claro, es donde más se pierde el control y donde el algoritmo puede llevarte a sitios insospechados. Es lógico que los padres de Almería o de cualquier sitio pongan el candado en el streaming.
La preocupación, además, tiene matices por edad, lo que demuestra la complejidad de la tarea:
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De 0 a 6 años: El miedo es a lo violento o lo que puede generar angustia o miedo, y a las conductas peligrosas por imitación (como ver a alguien hacer una barbaridad y que intenten copiarlo en casa).
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De 7 a 11 años: Sigue la preocupación por la violencia y las conductas imitables, pero se añade un factor social clave: las expresiones ofensivas o discriminatorias. ¡Y es que las redes y los gamers no se cortan un pelo!
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De 12 a 17 años: Las conductas peligrosas imitables siguen siendo la máxima preocupación, pero para los más mayores (16-17 años), el foco se pone en el consumo de alcohol, tabaco y drogas. Es decir, la preocupación pasa de lo imaginario a lo real.
A pesar de que el conocimiento de los horarios de protección al menor en televisión sigue siendo alto ($87,4\%$ de los hogares), es el dato de las reclamaciones el que nos dice que los padres ya no se conforman con la teoría. El hecho de que se haya triplicado la cifra de quejas significa que la barrera del "me quejo, pero no hago nada" se ha roto.
Esto es una llamada de atención muy seria para todas las plataformas, canales y apps: la audiencia no solo está mirando, sino que está vigilando con lupa. Y si no se cumplen los códigos de protección al menor, el consumidor está dispuesto a ir a la CNMC y levantar la voz. ¡Y me parece perfecto! La protección de nuestros pequeños, desde la Alcazaba hasta el último rincón de España, no se negocia.