Francisco Soler: “Si se casa el soterramiento con la explotación de las minas de Alquife vamos listos”
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La posible explotación de las minas de Alquife “nada tiene que ver” con la ejecución del soterramiento de las vías del tren en la capital almeriense, según explica Francisco Soler, representante legal de la empresa almeriense Explotaciones y Aprovechamientos Mineros SL que mantiene un litigio con germanoholandesa Minas de Alquife Holding.
En esta entrevista Soler aclara cual es la situación jurídica “tremendamente enrevesada” que no permite auspiciar que la oferta de Minas de Alquife Holding de hacerse cargo del coste del soterramiento desde la estación de ferrocarril al Puerto a cambio de que el Ayuntamiento de Almería les autorizara el paso de los trenes de mineral por la ciudad, tenga visos de ser algo tan viable como dejaba ver el senador socialista Juan Carlos Pérez Navas al llevar una Proposición No de Ley (PNL) en ese sentido a la Cámara Alta, y que fue rechazada por el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez, en nombre del grupo popular del Senado la pasada semana.
Soler explica que Explotaciones y Aprovechamientos Mineros SL es una mercantil formada por la constructora Tejera -que tiene una división extractora llamada Aridan- y un matrimonio de Campohermoso.
“Sobre la mesa de la Junta de Andalucía hay dos solicitudes que se llaman de aprovechamiento preferente de explotación” indica el representante de una de ellas, “que es la segunda que se ha presentado, en el mes de septiembre”. Ésta es para el aprovechamiento preferente de los lodos, técnicamente conocido como yacimiento de “clase B”, en tanto que la solicitud efectuada hace dos años por Minas de Alquife Holding es para la extracción, o yacimiento de “clase C”.
Según Soler, esta diferencia podría permitir que “en principio no sea incompatible” ese doble aprovechamiento.
Pero previo a eso hay otro problema, y es si las concesiones mineras están vigentes, cuya titularidad correspondía a la quebrada Compañía Andaluza de Minas, “cuya explotación -no sus bienes materiales- se adjudicó en el año 2001 a un grupo de mineros”. Esas concesiones habían incurrido en causa de caducidad “en todos los supuestos de la legislación minera, pero se necesita que la administración [autonómica] inicie un expediente de caducidad, y eso no lo ha hecho la Junta, por lo que se puede interpretar que las concesiones están vigentes, y hay un informe de la Junta que indica que están vigentes hasta 2014 o 2015, según el tipo de concesión”.
Si están vigentes, Soler reclama para sus representados la titularidad ya que compraron la mina, incuidas las fincas registrales de esas concesiones que podrían estar vigentes.
El caso es que en 2001, el mismo juez que en su momento adjudicó a los mineros la explotación de las fincas registrales, y que las vendieron, vuelve a adjudicárselas pero en este caso con nombres “en un auto que califico como mínimo de nulo de pleno derecho”. Los mineros vuelven a vender las concesiones, en esta ocasión a la empresa Minas de Alquife Holding.
Pero si hay un litigio sobre si las concesiones están vigentes o no, y otro sobre la posesión de las mismas, hay otro más, el de quién es el propietario legal de la mina. Soler aclara que la empresa germanoholandesa dice ser dueña del 90% del suelo “y eso no es verdad”, y detalla que “ellos han comprado 770 hectáreas de 1644 hectáreas que tiene suelo, más otro montón de hectáreas que no están registradas y están en manos de mi cliente”.
Soler se pregunta “¿cómo vamos a relacionar este tema con el soterramiento? Si lo que más conviene a la provincia de Almería es separarlo urgentemente, por que si se casa el soterramiento con la explotación de las minas de Alquife vamos listos”.
No tiene inconveniente en afirmar que “se está jugando mucho de farol” y que “se está intentando embaucar a una serie de autoridades autonómicas aprovechando que por la otra parte, es decir, por lo que yo considero y puedo demostrar que son los dueños reales de la concesiones mineras, se ha hecho dejación absoluta de sus derechos”. Es aproximadamente hace un mes cuando se ha presentado la demanda en los tribunales contra la otra mercantil y la solicitud en la Junta de Andalucía.
Entonces la clave es conocer el motivo por el que si todo está tan liado, la empresa extranjera se ofrece a costear el soterramiento, que es algo que no aparece en la Memoria presentada por Minas de Alquife Holding en el Ayuntamiento de Almería y ante otras autoridades. Soler cree que lo que busca esa mercantil es vincular las decisiones que dependen de la Junta de Andalucía a esa aportación económica para el soterramiento.
Sobre la capacidad real del Holding para asumir la inversión prometida, Soler dice que es “imposible” [Noticias de Almería ya publicó que sólo tiene el 0,75% del capital que necesita para el proyecto] porque “lo que es la explotación minera en si misma, no es rentable, ni lo va a ser nunca”, pero lo que sí es rentable es el aprovechamiento de los lodos “por que hay que invertir en una infraestructura mínima y en un transporte que ya se verá cómo”.
Por si fuera poco, es la mercantil almeriense la propietaria de esos lodos, ya que cuando vendió en 2008 a lo que luego sería Minas de Alquife Holding las 790 hectáreas que tiene, la germanoholandesa obligó a que constara en las tres escrituras de todas las fincas que éstos serían retirados por el vendedor. Es decir, que esa montaña de residuos que son lo único aprovechable, es de los de Campohermoso aunque esté en suelo de los otros.
De las palabras de Soler se extrae que cuando compraron los extrajeros, no tenían gran interés en la explotación minera, y sí en dar un uso urbanístico al terreno [Noticias de Almería ya publicó la vinculación empresarial de algunos de sus miembros con una mercantil dedicada a temas de urbanismo rural] -lo que explicaría que quisieran deshacerse de los lodos- pero después llegó la crisis, y con ella la intención de rentabilizar precisamente lo que no querían, esos mismos lodos despreciados. Para ello necesitan los parabienes de la Junta de Andalucía en la resolución del conflicto planteado por los temas mencionados de las concesiones mineras, la propiedad del suelo y demás, y para ello, ofrecerse a costear el soterramiento de las vías sería una forma de lograr ese beneplácito.