www.noticiasdealmeria.com

¿Dónde está el dinero?

miércoles 09 de marzo de 2016, 08:03h

google+

Comentar

Imprimir

Enviar

Add to Flipboard Magazine. Compartir en Meneame

Escucha la noticia

Más de la mitad de la población mundial “sobrevive” ó mejor sobremuere en la miseria. Marbella, capital del lujo, tiene una de las rentas más bajas y Sevilla tiene el nefasto récord de que cuatro de sus barrios más poblados sean los más pobres de España. Treinta y seis hipermercados cambian de mano, pero el replegado vendedor crecerá -dice- con franquicias. China amenaza recesión (¿o hay que llamarlo ya, ruina?) con casi dos millones de despidos, y una anunciada reconversión pone en riesgo otros seis millones, mientras una sola de sus mafias blanquea y evade cuatrocientos millones en España.

Abengoa cae con una deuda imposible de justificar -por volumen- en los sueldos de sus directivos. Petróleos de México pierde ¡treinta mil millones!, mientras el crudo baja y los concesionarios piden gasolina más barata. Pero Hacienda ha aumentado su recaudación hasta 1406 millones, el doble del año inmediatamente anterior a la “crisis”, en la castigada Andalucía. ¿Cuándo hay menos, Hacienda saca más? ¿Cómo se puede?
A día de hoy se continúa cancelando más hipotecas de las que se firman. Pero la venta de tres edificios en el plazo de unas semanas, echa campanas al vuelo por la “recuperación” inmobiliaria. ¿Y la recuperación industrial, la que crea valor añadido, la única capaz de obtener recuperación económica? Olvidada. Los grandes de los grandes “invierten” en el sector inmobiliario, comprando grandes promotoras-constructoras de las que no construyen porque subcontratan para encarecer costos; y los bancos blindan sus créditos para no bajar el precio ante la bajada del euríbor.

Así, mientras grandes empresas comerciales se repliegan y se pierden industriales, mientras persiste la amenaza “sarebiana” de derribar miles de viviendas no vendidas, el viejo y nuevo capital inmobiliario se empeña en volver a construir otra burbuja, precisamente cuando se anuncia una nueva caída bursátil, empujada por la bajada de los precios del petróleo, provocación consciente, como todos los cambios de ciclo económicos. En nombre de este nuevo acoso inmobiliario se disfrazan datos, se miente conscientemente, se oculta el descenso de los precios de venta y alquiler de las viviendas, en desesperado intento de mantener alto el beneficio de bancos y grandes empresas, de cuya voracidad -y esto es lo peor- se aprovechan también pequeños arrendadores, en su insano intento de vivir a costa de quienes menos tienen. Una forma de intentarlo es ofrecer oficinas a 10€/m2, superior beneficio, obtenido sin más trabajo que tener dinero para construir o comprar el edificio, en tanto el arrendatario se pierde en los números para poder hacer frente a tanto gasto, empezando por el lucro del primero.

El sistema se niega a facilitar la industrialización general, en inútil egoísmo de eliminar competencia, como el deseo de lucro salvaje vuelve a contemplar la construcción. Sólo queda clara la concentración: el 1% acumula más capital que el 99% restante. Y los gobiernos, lejos del servicio a sus pueblos, siguen serviles las órdenes de ese 1%, que aún persigue mayor acumulación, aunque les arrastre la pobreza creada, al dejar invendida su producción.

Rafael Sanmartín

Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia. Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión. De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011) Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".