El discurso del Rey
lunes 26 de septiembre de 2016, 10:19h
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Es posible que para el gran público hayan podido pasar desapercibidos los discursos pronunciados por el Rey esta semana ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
Los problemas domésticos, incluso locales, que han existido durante la semana, unido a la atención casi permanente a lo que sucede en la política española, incluidas las elecciones en el País Vasco y en Galicia ( con su posible repercusión a nivel nacional) son elementos suficientes de distracción para no habernos enterado, o haber leído, lo que el Rey ha manifestado ante los más de 200 mandatarios, Jefes de Estado y de Gobierno, que integran dicha Asamblea General.
Como es lógico, el Rey se ha ocupado de los grandes problemas que afectan ahora mismo a este mundo globalizado. Me refiero concretamente a la seguridad mundial, al terrorismo internacional y, como no, a ese enorme drama que constituyen los refugiados (más de 65 millones en todo el mundo) y para el cual no se acaba de encontrar una solución humanitaria y digna.
Lo novedoso de la intervención del Rey es que ha introducido en aquel foro internacional la problemática española, con la dificultad para formar Gobierno después de dos elecciones generales y la posibilidad de estar abocados a una tercera, sin que tampoco en esta quede claro que fuese la solución definitiva.
Con la exquisitez y la prudencia que le viene caracterizando, teniendo en cuenta además el escaso poder que la Constitución da a la Corona, y sin nombrar en ningún momento a Partido Político alguno y mucho menos a personajes concretos como responsables de la situación, el Rey ha apelado al diálogo entre las distintas fuerzas, única forma de resolver las diferencias, si hubiera voluntad de acuerdo, anteponiendo a cualquier otro interés el sentido del deber para el conjunto de la ciudadanía. El Rey ha destacado como el pueblo español ha demostrado a lo largo de los últimos tiempos el hacer suyos los valores del diálogo, del compromiso y del sentido del deber y solidaridad, elementos todos ellos necesarios para seguir impulsando la recuperación económica y afianzar así su continuidad sobre bases sólidas y amplias. El toque de atención a la clase política española ha sido elegante pero contundente, con la esperanza de ser escuchado y actuar en consecuencia para afrontar los problemas que ahora mismo nos agobian.
Mientras tanto, aquí en España, el Sr. Sánchez, líder todavía del PSOE, auténtico responsable del bloqueo institucional que padecemos, continúa con su ronda de negociaciones, sin importarle colores ni ideologías, para alcanzar su objetivo soñado de la presidencia del Gobierno de España, sin sopesar ni programas ni objetivos, solamente atento al recuento de votos que le permita la mayoría por él ambicionada en otra posible investidura.
Ha dicho que, ante el Comité Federal del PSOE del próximo 1 de octubre, va a llevar la propuesta de pacto con independentistas y radicales de izquierdas, colocando a su organización y a un porcentaje altísimo de sus votantes ante una terrible disyuntiva. Es posible que así tengamos Gobierno sin ir a unas terceras elecciones pero ¿ qué Gobierno?.
Médico y ex alcalde de Almería por el PP
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