Susana Díaz, siguiendo la tradición de sus mayores, ha perpetrado otra apropiación indebida, para escarnio del pueblo andaluz, y es que si ya nos robaron la bandera para usarla de mantel campestre en el que papearse una tortilla de patatas (¡qué más español, coño!), ahora nos roban el 28F, con el mismo descaro con el que nos birlaron las ilusiones del 4 de Diciembre.
Que la detengan, que es una mentirosa, malvada y peligrosa, que anda pregonando que “El 4 de marzo es el día de celebración del Día de Andalucía, no saquen más punta al lápiz", cuando lo que en realidad quiere decir es “el 4 de marzo ascenderé a los cielos transmutada en la nueva esperanza del socialismo español, y por eso, la fecha quedará recogida en los anales de la historia de la Humanidad como Día de Andalucía, porque será la hija de un fontanero, casada con un tieso, y que lleva toda la vida de enterraora, la ungida por el dedo divino para hacer de España, una, grande, y libre”.
No sé si la culpa es suya, o ella sencillamente es una víctima más, pero nada de esto puede extrañarnos cuando revisamos la historia oficial del proceso autonómico andaluz. Nada existió antes de aquel 28 de Febrero de… ¿a que le resulta difícil recordar el año? Ahí está el ejemplo palmario de la atención que se presta a la fecha declarada como Día de Andalucía, y cuyo objetivo evidente era vaciar de contenido el 4 de Diciembre de 1977, cuando Andalucía se echó a las calles de punta (Umbría) a cabo (De Gata) a exigir autonomía, como llevaba haciendo siglos (sí, pero hay que rebuscarlo en los libros y en las hemerotecas).
Y es que hay que recordar que aquel domingo lluvioso de hace cuatro décadas, se convocó como Día de Andalucía, y así se mantuvo hasta… hay que ver, qué interés tiene el Gobierno socialista por la difusión de nuestra historia que es imposible encontrar la fecha del decreto en el que la fecha pasa al 28F. Menos mal que a partir de ahora, nuestra memoria histórica rentendrá que durante el Susanato se instauró el 4 de Marzo, proclamación A Mayor Gloria.
Manuel Chaves, el ceutí que presidió la Junta de Andalucía, no tuvo problema en no acudir al homenaje del Parlamento Andaluz a Blas Infante en el 72 aniversario de su asesinato por los fascistas, argumentando que estaba planeando unas vacaciones, y su vicepresidente primero y consejero de la Presidencia, el madrileño Gaspar Zarrías, se marchó a la inauguración de la Fiesta del Pulpo de O Carballiño (Orense).
De semejantes maestros… semejante alumna.