El Partido Popular Andaluz supera su décimoquinto congreso “regional” (¿dónde pone que Andalucía es una región? Desde luego no en el Estatuto ni en la Constitución) y la verdad, todo suena demasiado repetitivo… que son casi cuatro décadas con la misma historia, casi cuatro décadas de impotencia ante un PSOE que se hunde, pero que lo hace tan poco a poco, tan lentamente, que es normal la desesperación reflejada en cualquier conversación privada militantes y dirigentes populares.
Las exaltaciones a Juanma Moreno las hemos oído antes con Teófila, con Arenas… y sí, a lo anterior y a esto se puede responder que en el PSOE se puede hacer el mismo análisis con Susana, con Griñán, con Chaves… cierto, pero a ellos les acompañan las victorias, y eso alivia mucho.
En el PP andaluz ahora ven más próxima que nunca la victoria, y es que si con Arenas sólo podían concebirla desde la mayoría absoluta, ahora saben que al menos tienen la posibilidad de contar con Ciudadanos, a no ser que acabe como lo han hecho todos aquellos que han sostenido al moribundo PSOE.
En el cálculo del PP está ese dato, como también la caída constante del voto socialista desde hace cuatro legislaturas, hasta el punto de que Susana Díaz tiene menos votos incluso que Griñán, que tuvo el mérito de ser el menos votado de la historia… ahora es ella. A eso se le suma la pretensión de la trianera de liderar el PSOE federal, y hay compañeros suyos que en vez de verla de “costurera” de la herida más profunda que ha tenido la más que centenaria creación de Pablo Iglesias, la consideran como culpable de la misma.
Es decir, un PSOE andaluz que iba a peor, a lo que se suma la crisis interna de todo el partido a nivel estatal, pero con una incidencia especial y determinante en Andalucía, unido a la bisagra naranja, abre al fin las puertas a un cambio en el Régimen, y con ese cambio se encararán nuevos desafíos.
Pero si el PP de Juanma Moreno lo deja todo a esas carambolas, volverá a disfrutar de los escaños de la oposición. No es lógico que –teniendo toda la razón- el tema del impuesto de sucesiones y donaciones parezca ese el mantra de la legislatura, no es lógico que –teniendo razón- con los casos de corrupción como los ERE y con el –como mínimo- descontrol del dinero de los cursos de formación, parezca que no hay nada más con lo que hacer sonrojar al Gobierno andaluz.
Quienes seguimos las sesiones del Parlamento de Andalucía podemos afirmar que el PP es un grupo que trabaja mucho, que se sabe los temas, que los prepara, que está en el día a día, que tiene propuestas y alternativas pero… eso no sale de allí, de las paredes de San Telmo. Esa tarea debía ser prioritaria, o los fantasmas seguirán paseándose entre los escaños de sus señorías.