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¡Y no sabía ná!

miércoles 26 de abril de 2017, 22:09h

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¡Pobre hombre! ¡Tan bueno, y no sabía ná!

¿Dónde vive el señor Rajoy, D. Mariano, el pontevedrés?

No conocía a Álvaro Pérez, ni a Antonio Camps, ni a Javier López, ni a Ignacio González, , ni a la Sra. Condesa, ni a Rato, ni a Cascos; pero es que ni a Francisco Correa, el que pagaba a Bárcenas (dicen)… es natural, si las teclas de su móvil las movía algún “espíritu maligno”, con mensajes como ese de “Luis, sé fuerte, hacemos lo que podemos”. Y además, si ni siquiera conocía a Bárcenas.. a lo mejor, alguna vez ¿quién sabe? se lo pudo cruzar por el pasillo, pero “yastá”, ¡Tiene guasa! ¿Qué astuta mano manda “whassap” desde el móvil de Marianico? Pues no lo conocía: lo va a conocer ahora, cabreado; que lo están cabreando. Pobrecito: no sabía nada de Gürtel, Púnica, Astapa… y los trajes… se los compra su mujer, que tiene mejor gusto para eso. Angelito, no conocía a OHL, ni a Saerco, ni a Pwc; ni tenia noticias del Canal de Isabel II, (el pobre, sólo bebe agua envasada). Ni de Indra ni de Inda. De nada. Nada de nada.

No sabía nada. “Ha sido mezclado en asuntos turbios creados para perjudicarle”. ¿Por quien? Se bastan solos, pero se buscan refuerzo. Como la condesa: critica a la Justicia si no le es favorable (no se ha parado a pensar en la dificultad planteada a la Justicia para poderle ser favorable); y, con toda la cara –que es cara-, le pide “más rapidez” después del affaire de los ordenadores perdidos; está en todo, se mete en todo, medra en todo, pero nunca ha llegado a hablar con Correa. Ni con López, ni con Ignacio González, por eso arroja sobre él el “marrón” que el otro “buen hombre” como buen compañero, ha afirmado que compartirá –amablemente- con sus compañeros de partido. Que no se quiere empachar, y dónde hay para uno hay para todos. Y lo que queda por salir. ¡Claro que hay! Hasta para el del quiosco del otro lado de la plaza.

¿Acabará aquí el escarnecimiento nacional de sufrir a un partido con estos “dones”? ¿De soportar un Gobierno, sostenido por ese partido, e interesado tan sólo en proteger los intereses privados e inconfesables de grandes bancos, grandes constructoras, eléctricas y multinacionales alemanas y americanas? ¿Cuánto más hará falta, cuantos jornales, cuantas pensiones, cuantos millones perdidos, para que los manden a todos a la cárcel? ¿Cuánta mentira habrá que soportar, cuantos Hernando, cuantos Casado, cuanta cara, demagogia garata, baratísima, de quinta o sexta rebaja, hará falta para terminar con la podredumbre de quienes legislan para sí mismos y para sus valedores y protectores, mientras abandonan al pueblo a las puertas de la miseria?

Tampoco Aznar sabía nada. Ni siquiera de sus inexistentes clases a 200.000 euros (estos, sí, reales). Ni de las guerras apoyadas para hacer méritos ante el todo-poderoso que no habita entre las nubes, pero como él está en las nubes, incapaz siquiera de ver las fotografías servidas por sus servicios de inteligencia

Otro “angelito”: como “no sabía nada”, estaba dispuesto a volver. ¿Para qué? Ya dejó al gran inútil para sustituir su inutilidad. ¿Se considerará capaz de hacerlo aún peor? ¡Tendría mérito! Menos mal que todo esto, al fin y al cabo, no es más que “-… una trama contra el PP, que es otra cosa”. Qué razón tiene Rajoy. Sí señor, inocente-ignorante: el PP es otra cosa, muy distinta a prestar servicio al pueblo.

Rafael Sanmartín

Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia. Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión. De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011) Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".