Un equipo de investigación del Departamento de Biología y Geología de la Universidad de Almería (UAL), junto con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras de la Universidad Nacional de Mar del Plata en Argentina, ha desarrollado microcápsulas a partir de enzimas extraídas de los descartes pesqueros. Estas microcápsulas tienen aplicaciones potenciales en detergentes y piensos acuícolas, mostrando eficacia en la eliminación de manchas difíciles como la sangre. Este avance no solo prolonga el efecto limpiador, sino que también transforma desechos en productos útiles y sostenibles.
El estudio titulado ‘Assessment of encapsulation of digestive enzymes recovered from South Atlantic fish wastes for potential biotechnological applications’, respaldado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, ha sido publicado en la revista Animal Feed Science and Technology. La investigación se centró en las vísceras de dos especies abundantes en aguas argentinas: la merluza común y el pez palo. Estos subproductos, que suelen ser desechados durante el fileteado, son ricos en enzimas como proteasas y lipasas, que poseen un gran potencial industrial.
Transformación sostenible
Los investigadores buscaron preservar la actividad enzimática mediante una combinación de biopolímeros derivados de algas y crustáceos. Esta técnica permitió crear microesferas que atrapan y protegen las moléculas activas, logrando una eficiencia superior al 70% y garantizando su estabilidad durante más de dos meses a temperatura ambiente.
Esta es la primera vez que se aplica exitosamente este enfoque a enzimas obtenidas de especies del Atlántico suroccidental. Francisco Javier Alarcón, investigador de la UAL, destaca que “hay poca literatura sobre el aprovechamiento de descartes en la industria pesquera”, lo cual hace aún más relevante este trabajo que busca darles una segunda vida.
Encapsulación eficiente
En una fase inicial del estudio, se caracterizaron los extractos midiendo su capacidad para hidrolizar proteínas bajo diferentes condiciones. Para encapsular las enzimas se utilizaron quitosano y alginato; este último se mezcló con el extracto enzimático utilizando gelificación iónica. Las cápsulas resultantes lograron proteger las proteasas contra factores externos como calor u oxidación.
A través del proceso de liofilización, algunas cápsulas mantuvieron más del 50% de su actividad tras 60 días, mientras que las frescas perdieron gran parte de su efectividad. En general, la eficiencia de encapsulación osciló entre el 65% y el 83%, un resultado considerado muy positivo para este tipo de procesos.
Aplicaciones prometedoras
Los ensayos realizados demostraron que estas enzimas digestivas pueden eliminar manchas difíciles sin necesidad de productos agresivos. Gracias a la encapsulación, los detergentes podrían mantener su eficacia durante más tiempo. Además, estas enzimas también están siendo evaluadas para mejorar la digestibilidad en piensos para peces y crustáceos.
Antonio Jesús Vizcaíno, coautor del estudio, menciona que “hemos generado un conocimiento aplicable a diversos campos”, incluyendo cosmética y producción agrícola. El objetivo final es llevar esta tecnología a escala industrial utilizando reactores más grandes y económicos.
Este desarrollo no solo representa un avance científico significativo sino que también contribuye a los principios de economía circular al convertir un problema ambiental en una oportunidad sostenible para diversas industrias.
La noticia en cifras
| Cifra |
Descripción |
| 65% - 83% |
Eficiencia de encapsulación |
| Más de 2 meses |
Estabilidad de las microcápsulas |
| Más del 50% |
Porcentaje de actividad conservada tras liofilización |
| 2 horas |
Tiempo para hidrolizar completamente la caseína |