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Los homenajes, mejor en vida

Los homenajes, mejor en vida

Por Luis Rogelio Rodríguez
miércoles 23 de abril de 2014, 10:55h

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Cuando preguntaban a Pitágoras sobre lo que era el tiempo, el filósofo y matemático griego decía que el tiempo es el alma de la vida. Y debe ser por eso por lo que consideramos más importantes en nuestra vida los tiempos en los que el alma domina sobre otras circunstancias. Por eso creo que no tiene demasiado sentido que el tiempo que dediquemos en nuestra vida a reconocer la de los demás aparezca cuando esas personas ya no forman parte de la nuestra ni de la suya propia porque han muerto. Y por alguna razón que todavía no alcanzo a comprender, en la mayoría de los casos el mérito se reconoce en España a título póstumo y no cuando la persona objeto del agradecimiento sigue entre nosotros, tal como se está poniendo de manifiesto una vez más a raíz de la muerte del presidente Adolfo Suárez. Pues bien, mientras en otras ciudades estas decisiones se están tomando precipitadamente ahora, es justo recordar que el Ayuntamiento de Almería acordó unánimemente en el año 2004 dedicar una avenida, amplia y abierta en la zona de la Vega de Acá, al presidente Adolfo Suárez. Y esa decisión plenaria se explica no sólo en el recuerdo de los almerienses al hombre que tantos días felices pasó en Cabo de Gata, sino también en el reconocimiento de la talla de un político que en todo momento trabajó para forjar consenso, superar divisiones y unir a los españoles en una gran causa común. El presidente Adolfo Suárez ha sido una figura clave en la historia reciente de España. Su muerte ha propiciado estos días un ejercicio de memoria y reflexión acerca de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que queremos llegar a ser como nación. El ejemplo de un hombre de Estado que luchó por la reconciliación nacional y por los ideales de paz y de concordia desde un profundo amor a España nos debe servir, ahora y siempre, para recordar que la democracia y la unidad deben defenderse y trabajarse a diario porque esa será la mejor manera de mantener la libertad y los derechos que hoy disfrutamos. Su intuición, su habilidad y su coraje para fraguar el país más libre y más justo en el que hoy vivimos resultaron decisivos a la hora de superar el lastre de la dictadura e incorporarnos al proyecto de construcción de la Unión Europea. Ojalá que esos valores estén siempre presentes en todos nosotros y que los recordemos de modo especial cada vez que circulemos o caminemos por la Avenida Adolfo Suárez en Almería.