Ortega Smith mintió en El Ejido sobre el control sanitario a inmigrantes
viernes 01 de noviembre de 2019, 21:47h
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Además despreció el trabajo que hace Cruz Roja, y resulta que pide ahora lo contrario de lo que proponía en su programa electoral
El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, no dijo la verdad sobre el control sanitario a los inmigrantes ilegales, negando en un momento dado que se hiciera, y en otro cuestionando el reconocimiento inicial que lleva a cabo Cruz Roja nada más desembarcar de los barcos de Salvamento Marítimo que rescata a los ocupantes de las pateras.
Ortega, en un mitin con escasa audiencia a pesar de ser El Ejido su municipio más potente electoralmente, aseguró que a los inmigrantes ilegales, una vez rescatados “se les lleva a un centro donde no hay un riguroso control sobre si hay enfermedades graves contagiosas. No existe ese control”, lo cual es radicalmente falso.
Basta leer el Real Decreto 162/2014, de 14 de marzo, por el que se aprueba el reglamento de funcionamiento y régimen interior de los centros de internamiento de extranjeros, para ver que no es así.
En este documento señala en el artículo 9, 3, a, que entre la funciones de la Dirección está “Ordenar el sometimiento a reconocimiento médico de los internos, cuando existan causas de salud colectiva apreciadas por el servicio médico y a solicitud de éste. La decisión adoptada será comunicada sin dilación al Juez competente para el control de la estancia de los extranjeros en el centro”.
Además el artículo 14 se dedica exclusivamente a la cuestión sanitaria, y se recoge, por ejemplo en el punto 2,d de que habrá “servicios de control periódico de la salubridad.”, y en el 2, e que “La prevención de epidemias y adopción de medidas de aislamiento de pacientes infecto-contagiosos” es otra de las tareas de los sanitarios. En ese sentido se especifica que “En cada centro existirá un servicio de asistencia sanitaria bajo la responsabilidad de un médico perteneciente a la Administración General del Estado, que estará auxiliado en sus cometidos por, al menos, un ayudante técnico sanitario o diplomado o graduado universitario en enfermería. La Dirección General de la Policía dispondrá lo necesario para garantizar la adaptación de dicho servicio a las necesidades existentes en cada momento en el centro, en función del nivel de ocupación”.
Es más, en el artículo 18 se detalla como obligación de los internos “Someterse a reconocimiento médico a la entrada y salida del centro, así como en aquellos casos en que, por razones de salud colectiva, apreciadas por el servicio de asistencia sanitaria y a instancia del mismo, lo disponga el director”.
Y en el artículo 30 se indica que “Tras su ingreso en el centro los extranjeros serán sometidos a examen por el servicio de asistencia sanitaria del centro, con el objeto de conocer si padecen enfermedades de tipo físico o psíquico o presentan cuadro de toxicomanía y disponer al efecto el tratamiento adecuado.”
Por último, se establece el modo y manera en que deben ser trasladados los internos a un centro hospitalario si se detecta alguna enfermedad o padecimiento que así lo aconseje desde el punto de vista de su salud personal y el interés colectivo.
Pero no solo eso, Ortega Smith, insistió en el tema diciendo “seamos claros y digámoslo, no existe ese control, no pretendemos levantar una falsa alarma, contamos la realidad”.
Después de negar la realidad, y es que sí existe un control de los internos, cuestionó a los voluntarios de Cruz Roja, de quienes dijo que “aunque puedan mirarles en ese momento si tienen o no vómitos, tienen o no una herida, tienen o no fiebre, no garantiza de ninguna manera que no sean portadores de graves enfermedades”.
Lo que Ortega desprecia como algo banal, se llama triaje, y es lo mismo que se hace cuando cualquiera acude a Urgencias a un hospital, y un profesional sanitario valora el estado del recién llegado para determinar el tipo de actuación y a qué servicio le va a derivar.
En caso de que Cruz Roja detecte algún tipo de problema de salud, lo remite directamente al hospital, siempre bajo control de las autoridades correspondientes.
Y la tercera de las falsedades del líder de Vox, fue la de considerar que podía ser portadores de enfermedades “radicadas” (se entiende que quería decir erradicadas”) “en Europa hace muchos siglos”, y menciona la tuberculosis, la sarna, el SIDA o el ébola, ninguna de las cuales hace “muchos siglos” que fue erradicada, porque algunas no solo siguen activas sino que son tan modernas que es materialmente imposible sostener su afirmación.
Por último hay que recordar que la medida 59 del Programa de Vox en las pasadas elecciones generales recogía la “Eliminación del acceso gratuito a la sanidad para inmigrantes ilegales” a quienes solo se atendería en servicios de Urgencia. Precisamente la atención que hace Cruz Roja y luego la de los CIE no son urgencias, por lo que su propuesta era eliminar aquello mismo que están criticando que no se haga.
En ese caso Vox también demostraba un claro desconocimiento de la realidad, puesto que en abril de 2012, un decreto ley del Gobierno de Mariano Rajoy dejó sin asistencia sanitaria a los migrantes en situación irregular. O sea, pedían algo que ya estaba.