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Pedro Sánchez es la emergencia, y no la climática
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Pedro Sánchez es la emergencia, y no la climática

Por Antonio Felipe Rubio
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afelipeafelipecom/7/7/15
jueves 04 de septiembre de 2025, 09:43h
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Pedro Sánchez posee una virtud innegable: es previsible y reincidente en la mentira y la manipulación.

Como líder de la secta perniciosa de la “emergencia climática”, Sánchez reproduce con cansina insistencia el argumento del cambio climático para resarcirse de la inutilidad manifiesta de un gobierno superado por su propia incompetencia.

Sin abundar en consideraciones políticas, en la entrevista shiatsu de la televisión gubernamental, Pedro Sánchez se nos ha mostrado como una autentica emergencia, no climática, sino democrática. Es impensable, en un país occidental con democracia plena y Estado de derecho, escuchar cosas como que hay políticos que quieren hacer justicia, y jueces que quieren hacer política… cuando de los intereses de su familia y amigos se trata, claro. Es una inequívoca declaración de guerra contra el Poder Judicial y la expresión más diáfana sobre la existencia de lawfare. Asimismo, el reincidente trasgresor de la Constitución asegura que no es tan grave gobernar sin presentar los Presupuestos Generales del Estado (art. 134), y si no los presenta o los presenta y los tumban… pues nada, patada adelante, y a seguir en la poltrona con la indignidad y precariedad que acostumbra.

Con relación a la confrontación y los insultos, el mismo Sánchez que llamó “indecente” a Mariano Rajoy en el Cara a Cara, cuando, nervioso y descolocado por el insulto, Rajoy replicó “hasta aquí hemos llegado”. Eso es ruiz”; quería decir ruin. Y así, insultando y mintiendo “No pactaré con Bildu. Si quiere se lo repito veinte veces”, Sánchez se ha prodigado en incontables mentiras, traiciones y felonías que, bien en primera persona o a través de sus secuaces más directos y otros estipendiados esbirros, han esparcido bulos, insultos y ofensas por doquier.

Volviendo a la monserga de la emergencia climática, y aunque hay extensos datos científicos para discutir sobre el asunto, lo cierto es que toda secta que pretenda un reconocible éxito ha de asentarse en argumentos de amenaza, peligro, miedo… y afirmando tener las soluciones. Pero lo más importante es asegurarse de estar en posesión de la verdad absoluta; porque lo contrario es el negacionismo propio de ignorantes reaccionarios, que se sitúan frente a un gobierno que tiene las claves para salvar el clima, la especie y el Universo.

Estar al frente de una secta con fieles adeptos es una garantía para seguir gobernando, controlando, asustando y ganando muchísimo dinero. Así, con los jodidos tapones de las botellas de plástico, las pajitas de papel, los estúpidos envases que se rompen, los reciclados de mentiroso marketing, la economía azul, la restauración de la naturaleza, la huella de carbono y cientos de conceptos, neologismos e incomprensibles palabros se consigue acongojar gracias a la presión mediática y sus influencers. No en vano, el gurú climático Al Gore, vicepresidente demócrata con Clinton, recibió incontables galardones (Nobel de la Paz, Grammy, Emmy, Príncipe de Asturias…), y redobló exponencialmente su fortuna con entrevistas, conferencias, cuestaciones y hasta un documental cinematográfico llamado Una verdad incómoda.

Al Gore, auténtico maestro de la manipulación climática, anunció la desaparición del Ártico en 2018. Curiosamente, es la fecha en la que un alumno aventajado, Pedro Sánchez, alcanzó el poder. Excuso decir que el Ártico sigue ahí, incrementando su masa de hielo. Y Pedro Sánchez ha podido disfrutar de La Mareta sin que el nivel del mar se hubiese tragado las costas de Tenerife, tal como vaticinó el bueno de Gore.

Sánchez, inerme ante una DANA, un incendio forestal o un fantoche en Waterloo, pretende revertir el cambio climático planetario. El cambio climático; mejor dicho, los innumerables y dramáticos cambios climáticos que ha conocido el planeta Tierra se han producido por eventos tales como radicaciones cósmicas Gamma, eyecciones de masa coronal, plumas mantélicas descomunales, impactos de asteroides, migración del polo magnético, debilitación de la Magnetosfera, evento Miyake… y, ante estas amenazas, Sánchez es la solución.

Existe evidencia científica sobre los cambios climáticos producidos con anterioridad a la existencia del ser humano. El problema actual radica en la interesada confusión entre cambio climático e incidencia medioambiental. En nuestro periodo Holoceno (ahora renombrado AntrI opoceno por la presencia del hombre) se puede observar una incidencia medioambiental muy severa en sectores densamente poblados e industrializados. Igualmente, la incidencia medioambiental se evidencia por nuestras costumbres -mala educación- para extraer, consumir, transformar y desechar las bondades que la Tierra nos ofrece.

En ningún caso, salvo hecatombe nuclear, la mano y la estulticia del hombre pueden generar un cambio climático de ámbito planetario. Esto no excusa que la incidencia medioambiental, con políticas ecologistas disparatadas, continúe posibilitando incendios forestales, riadas destructivas y el incierto futuro para la agricultura y la ganadería extensiva.

¿Por qué el mes de agosto ha sido extremadamente caluroso y hubo un otoño extraordinariamente lluvioso? Hay una explicación científica documentada y de la que nadie habla. Les doy una pista: Hunga Tonga.

Antonio Felipe Rubio

Periodista
Dirige La Tertulia en Interalmería TV