Los exportadores privados, que también explotan miles de hectáreas de naranjas y mandarinas, denuncian que la prohibición de plaguicidas en las llamadas ‘zonas sensibles’ provocaría un abandono de explotaciones citrícolas “masivo”, especialmente en la Comunidad Valenciana pero también en Murcia, Andalucía (Almería y Huelva) y Cataluña (Tarragona)
Carmen Crespo destaca el agua como principal reto y subraya que el Gobierno andaluz ejecuta obras de emergencia en sus cuencas y se ofrece a colaborar en territorios de competencia estatal