Es algo más que un acontecimiento histórico. Almería ya cuenta las horas para vivir la Procesión Magna que conmemora el 75 aniversario de la Agrupación de Hermandades y Cofradías. Un hito para nuestra ciudad que no olvidaremos, al menos, por dos razones: nos sentimos orgullosos de los cofrades y de ser almerienses.
Tenemos un patrimonio devocional que hemos cultivado a lo largo de décadas y ahora tenemos la oportunidad de mostrarlo a miles de personas. Las calles de Almería se llenarán de fe y devoción con diez hermandades que forman parte de nuestra Semana Santa. Cada una con su idiosincrasia y su forma de entender las procesiones, pero todas unidas en torno al fervor de sus imágenes y al interés por seguir haciendo de nuestra ciudad un lugar mejor.
Y como no podía ser de otra manera, contaremos con bandas musicales de primer nivel que han encontrado en Almería una ciudad donde compartir sus mejores repertorios. La simbiosis entre cofradías y bandas musicales es, sin duda, uno de los mayores alicientes para que esta Procesión Magna sea inolvidable.
Tengamos en cuenta que este evento trasciende nuestra provincia y es un atractivo para miles de personas que, llegadas desde toda España, se van a reunir en Almería para disfrutar de nuestras hermandades. Es el mejor escaparate para las cofradías y un importante incentivo para la economía local. Una nueva oportunidad para dinamizar la actividad en comercios, bares, restaurantes y hoteles que en algunos casos registran un lleno absoluto.
Y también es positivo para nuestra gente. Porque las cofradías no se entenderían sin el trabajo desinteresado de sus hermanos que, sin más sostén que su fe, dedican su tiempo a cuidar todos los detalles. Son un ejemplo que debemos valorar porque representan el corazón de la Semana Santa. Pero no son los únicos porque otras muchas personas también estarán pendientes de que todo salga bien para que los demás podamos disfrutar y merecen igualmente nuestro reconocimiento. Vivamos la Magna y demostremos nuestra hospitalidad porque hoy somos la capital de las cofradías y eso no sucede todos los días. Almería se lo merece.