El partido político Almerienses considera que la Feria de Almería ha perdido su esencia y que la ciudad “está apagada”. Así lo sostiene tras analizar decenas de comentarios recibidos en una consulta pública realizada en sus redes sociales, una vez finalizadas las fiestas.
Según la formación, la mayoría de las opiniones coinciden en que la feria ha perdido identidad, ambiente y atractivo, y que es necesario un “reinicio total” para recuperar el espíritu de ediciones anteriores.
Uno de los puntos más cuestionados es la ubicación del recinto ferial en la Vega de Acá. El presidente de Almerienses, Juanjo Cano, asegura que el modelo implantado “no funciona” en la ciudad: “Se quiso emular a otras capitales andaluzas con un ‘real’ que uniera mediodía y noche. Desde el primer año se comprobó que aquí no funcionaba, pero el equipo de gobierno no rectifica”.
Cano recuerda que los vecinos de La Goleta denuncian cada año problemas de ruido, suciedad, movilidad y seguridad por la cercanía de sus viviendas al recinto ferial y a la zona de conciertos, donde además se celebran varios macrofestivales anuales. En cambio, añade, en otros barrios “ni se enteran de que hay feria” por la falta de decoración, iluminación y actividades.
El dirigente critica que se haya generado “una feria fragmentada, sin vida”, muy distinta a la que se celebraba en la avenida del Mediterráneo, con decenas de ambigús y casetas. A su juicio, hosteleros, restauradores, empresas y colectivos “no ven rentable montar” y el “triunfalismo del equipo de gobierno choca con la realidad”.
Entre sus reproches, señala la ausencia de medidas para mejorar la movilidad en un año marcado por las obras del soterramiento, la falta de incentivos para el uso del transporte público e incluso la carencia de presencia policial en algunos autobuses. También alude a la polémica por el reparto de abanicos promocionales.
Las obras del Paseo, añade, han afectado a actos como la Batalla de Flores y la procesión de la Virgen del Mar, que tuvo que modificar su recorrido. Algunas actividades se desplazaron a la Rambla, con menos ambigús y afluencia.
Cano defiende que “la gente quiere volver a lo auténtico”, citando como ejemplo el certamen de indumentaria y las actuaciones de bailes y cantes almerienses, así como la ofrenda floral a la patrona. “Queremos una feria más almeriense y con una programación original, no repetitiva”, afirma.
El líder regionalista también se refiere al paro patronal de los feriantes durante dos horas el lunes de feria, que achaca a “subastas, tasas y cobros imprevistos que encarecen el montaje de atracciones y desincentivan la participación”.
Para Almerienses, la feria debe “volver a unir a la ciudad”, con más actividad en todos los barrios y un modelo que devuelva la ilusión. Plantea incluso estudiar un cambio de ubicación, como el Puerto, o reducir la duración en agosto y complementarla con eventos festivos en invierno, aprovechando el clima.
“Lo que no podemos es complacernos con esta deriva negativa y no hacer nada, como acostumbra el equipo de gobierno cada vez que hay un problema en Almería”, concluye Cano.