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Aquel 4 de diciembre

lunes 05 de diciembre de 2022, 11:03h

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¡Que distinto a estos últimos! Aquel fue el día de la unidad. De la verdadera Unidad, con mayúscula. No por voluntad de los partidos parlamentarios, en especial el PSOE, que intentó capitalizarla para evitar que la pudieran protagonizar otros. El partido llamado socialista, después de negarse rotundamente junto con UCD a asistir a las reuniones preparatorias convocadas por AVERROES Estudio Andalusí en su local de la calle Bustos Tavera, en Sevilla, para organizar una manifestación que tuviera lugar, al menos, en cada una de las capitales de provincia, el día 12 de octubre, tras negarse también a recibir a la comisión de los casi cuarenta grupos asistentes, decidieron abanderarla y convocarla ellos mismos tal como se les había pedido en el escrito entregado por medio de un bedel de la Diputación.

Le habían visto las orejas al lobo. Tras su negativa a hacer una convocatoria conjunta, comprendieron, se dieron cuenta de lo mal que quedarían si las manifestaciones se realizaban sin ellos. Fue el único protagonismo, el del PSOE y sus seguidores parlamentarios. Porque el resto de los partidos, asociaciones y personas independientes que llevaban reuniéndose desde agosto de 1977, después de invitarlos con reiteración les pidieron que fueran ellos mismos, como representantes del pueblo andaluz, quienes la convocaran. Aquel 12 de octubre se inauguró el protagonismo por parte del partido llamado socialista pero muy español. Protagonismo al que los demás renunciamos en aras de una unidad necesaria.

Ahora ha vuelto el protagonismo, pero no de manos del PSOE, tenedor de la fuerza en aquel momento, sino de quienes no tienen más fuerza que su voz y algún libro a sus espaldas que, por haber sido el primero en publicar, hizo cumplir el refrán: “críate fama y échate a dormir”. Jaleo, AA, AV, SAT, han conseguido deshacer todo lo construido en varios años de manifestación en este día. De las decenas de miles de participantes cuando la manifestación era convocada por una comisión amplia, sin restricciones a nadie, sin imposiciones políticas, se ha pasado a algo más de unas docenas. Lo peor es que el SAT, al quitar de las manos la del 28-F a las “Marchas de la Dignidad”, obtuvo el pasado febrero peor resultado aún del de este 4-D. Resultado ridículo por el número de manifestantes anteriores, que desautoriza a quienes buscan más protagonismo que representatividad. Más ansia de figurar que de aportar y buscar soluciones.

¿Esta es la Andalucía que tenemos? ¿Es la que queremos? Ya es hora de ver cómo el deseo de aparentar destruye por completo nuestra escasa fuerza. Que Andalucía necesita unidad, pero unidad de verdad. Y organización, didáctica, prestar colaboración para poder pedirla. En definitiva, unidad. Capacidad para sentarse codo con codo con un principio marxista que los supuestos marxistas han olvidado: “de cada cual según sus posibilidades. A cada cual según sus necesidades”. Es muy torpe pretender mayor representatividad porque, teóricamente, se aporta mayor número de manifestantes. Menos aún, después de los resultados. Una manifestación a la que sólo asisten los miembros de los partidos está dejando a los partidos doblemente en evidencia. Y demostrando su falta de interés, o de estrategia o ambas cosas, para atraer a manifestantes que no formen parte de ningún partido ni sindicato. Porque esos, como mínimo, también son pueblo. También son andaluces. También tienen el deber y el derecho de trabajar por Andalucía y, en esa misma medida, de exigir la solución a sus múltiples carencias.

Rafael Sanmartín

Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia. Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión. De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011) Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".