La Casa de las Mariposas ha acogido esta tarde la presentación de la monografía ‘La inserción laboral y social de inmigrantes y refugiados en España’, promovida por Cajamar, que ha sido coordinada por el sociólogo Joaquín Arango y en la que una veintena de autores reflexionan y analizan la situación actual en la que se encuentra la población migrante en nuestro país y, consecuencia de ello, a los desafíos y retos de futuro a los que se enfrenta la sociedad española.
Junto al coordinador de esta publicación, en el acto de presentación han intervenido además el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; el fundador y primer director de la colección, Jerónimo Molina; y el responsable actual de la misma, Manuel Gutiérrez Navas.
Eduardo Baamonde ha valorado el proceso de transformación social que Almería está viviendo desde hace treinta años como resultado de la llegada de inmigrantes y su incorporación laboral a los sectores productivos primarios de la provincia. Un proceso de transformación social que ha venido a complementar el que inicialmente tuvo lugar hace sesenta años, a partir de la puesta en regadío de amplias franjas de territorio semidesértico en el Poniente y el Levante almeriense, con la llegada de personas procedentes de otras poblaciones del interior a las nuevas zonas de cultivo y a los pueblos de colonización que se crearon en torno a ellas. “La realidad económica y social de Almería hoy día nada tiene que ver con la de hace sesenta o setenta años, pero para continuar avanzando y progresando es necesario hacer frente de forma activa a los desafíos y retos pendientes, y entre ellos está el de mejorar la integración social y las condiciones de vida de las personas que han llegado aquí para trabajar, asentarse y fijar su residencia y la de sus familias”.
En este sentido, Eduardo Baamonde ha apostado por promover y desarrollar iniciativas de “innovación social” en nuestra provincia: “De igual modo que Almería es reconocida en todo el mundo por su eficiente, innovadora y tecnológica agricultura intensiva, es preciso trabajar y dar nuevos pasos adelante para completar el círculo y que sea también una provincia reconocida por su capacidad para generar medidas de innovación social”, ha remarcado. Y para conseguir este objetivo, para que este proceso de transformación social beneficie tanto a los migrantes como a la sociedad que los acoge es necesario que la integración laboral y social funcione y progrese, tal y como exponen los autores de esta publicación: “La experiencia enseña que se trata de un proceso complejo y multidimensional, generalmente prolongado y no libre de prejuicios y obstáculos, que deben ser abordados de manera activa y continuada por nuestras instituciones, administraciones públicas, empresas y organizaciones sociales”, ha anotado Baamonde, para quien la Almería del futuro deberá sustentarse no solo en el desarrollo y crecimiento de su actividad económica sino, al tiempo, en el progreso social de las personas que viven en la provincia, para lo cual es imprescindible trabajar asimismo en la integración y en la generación de oportunidades para los inmigrantes que han llegado para trabajar y asentarse en nuestra provincia, y han apostado por vivir aquí junto a sus familias, muchos de cuyos hijos ya han nacido en Almería.
En este sentido, ha recordado que el 22 % de la población empadronada en nuestra provincia es de origen extranjero, y que uno de cada cuatro nacidos en Almería durante el año 2021 tiene como progenitor a personas llegadas de otros países. “Estos datos ponen de manifiesto la importancia de hacer una reflexión sobre el futuro de Almería y las medidas que son necesarias adoptar para promover la integración laboral y social de los inmigrantes y de este modo convertir también esta provincia en ejemplo por sus actuaciones e iniciativas de innovación social”, ha concluido.
Por su parte, para el catedrático de Sociología de la Universidad Complutense y coordinador de la publicación, Joaquín Arango, el estado de la integración de inmigrantes y refugiados en España ofrece acusados claroscuros. Entre las sombras destacan los déficits de integración laboral derivados de la inserción desfavorecida de una elevada proporción de los venidos de fuera en un mercado de trabajo fuertemente condicionado por el considerable peso de sectores de baja productividad y bajos salarios en la estructura de la economía española. La persistencia en el tiempo de tales déficits frena la movilidad ocupacional y la movilidad social. Asimismo, otro reciente motivo de preocupación es el derivado de las grandes dificultades que experimenta en nuestro país un sistema de asilo insuficientemente preparado para acoger adecuadamente a un número rápidamente creciente de solicitantes de protección internacional.
Sin embargo, a ello hay que añadir que el estado de la integración presenta en España no pocas luces, a pesar de su juventud como país de inmigración. Entre ellas se cuentan, entre otras, la temprana y sostenida aceptación de la inmigración y su acogida madura y sosegada por parte de los poderes públicos y de la mayoría de la sociedad; la práctica ausencia de tensiones interétnicas; la notable reducción de la irregularidad documental, tras ímprobos esfuerzos; la amplia posesión de derechos, incluido el de la asistencia sanitaria gratuita a los empadronados, con independencia de su estatuto legal; el buen funcionamiento de los cauces para la reagrupación familiar; el acceso normalizado a las principales instituciones de la sociedad y a los servicios públicos; tasas de acceso a la nacionalidad superiores a la media europea; el satisfactorio acomodo de la diversidad religiosa; y un grado limitado de segregación residencial, entre otras fortalezas.
Todo ello depara un balance cautelosamente favorable, al que han contribuido hasta la fecha los poderes públicos de los tres niveles de gobierno, numerosas entidades del tercer sector y, en forma difusa pero esencial, los esfuerzos de adaptación mutua desarrollados por la mayoría de los ciudadanos, tanto los autóctonos como los inmigrantes.
Sobre el coordinador de la publicación
Joaquín Arango-Vila Belda es catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y codirector del Grupo de Estudios sobre Migraciones Internacionales. Asimismo, ha sido presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presidente del Centro Europeo de Investigación y Documentación en Ciencias Sociales, presidente del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, y Subsecretario de Educación, entre otras responsabilidades públicas. Ha dirigido también el Centro de Estudios sobre Migraciones y Ciudadanía en el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, y ha sido fundador y codirector del Anuario CIDOB de la Inmigración. Autor de más de un centenar de publicaciones, ha colaborado con diversas instituciones y agencias europeas en calidad de experto.
Mediterráneo Económico cumple 20 años
Este nuevo volumen de la colección Mediterráneo Económico, promovida por Cajamar, se ha presentado coincidiendo con el vigésimo aniversario del inicio de su actividad editora, ya que fue en noviembre de 2002 cuando vio la luz su primer volumen, que fue coordinado por el exministro Manuel Pimentel con el título de ‘Procesos migratorios, economía y personas’.
El fundador y primer director de la colección, Jerónimo Molina, ha recordado cómo esta publicación, en formato de revista, nació con la pretensión no solo de analizar los fenómenos que suceden en nuestro entorno más inmediato sino, y sobre todo, “para contribuir a estudiar y reflexionar sobre los grandes cambios que se están produciendo en la sociedad de nuestro tiempo; y uno de ellos, el de los fenómenos migratorios, tiene una repercusión clara sobre nuestra sociedad, su organización, su economía, su cultura y sus costumbres”.
A lo largo de estos veinte años, la colección ha publicado 35 volúmenes en los que más de 800 autores han compartido conocimiento sobre temas relacionados con el futuro de las pensiones, la España rural, el sector agroalimentario, el futuro de la economía española, las nuevas formas del turismo, la bioeconomía y el desarrollo sostenible, la nutrición, el medioambiente mediterráneo, la biodiversidad marina, innovación y desarrollo económico, la responsabilidad ética y la sociedad civil, la economía social y el cooperativismo, los distritos industriales, el sector bancario, la financiación autonómica, la encrucijada europea, el estado de las autonomías, ciudades, arquitectura y espacio urbano, entre otros. Una colección de monografías que han sido coordinadas por una amplia nómina de académicos, pensadores y expertos como Jordi Nadal, Josep Borrell, Adela Cortina, Jaime Lamo de Espinosa, Ramón Tamames, Juan Velarde, Antón Costas, José Luis García Delgado, Pedro Schwartz, Francisco Ferraro, Joaquín Moya Angeler, José María Ordovás, Ángel de la Fuente, Ignacio Conde-Ruíz y Manuel Toharia, entre otros.
El actual director de esta colección de estudios socioeconómicos, Manuel Gutiérrez Navas, ha anunciado que el próximo volumen estará dedicado al tercer sector de la economía española, el de las organizaciones dedicadas a la acción social y a las nuevas formas emergentes de acción económica que surgen en su mayoría por interés de la ciudadanía o por el interés de empresas en involucrarse con acciones concretas en la mejora de ámbitos sociales, educativos, sanitarios, humanitarios, medioambientales y de protección de la naturaleza, de cooperación internacional, culturales, artísticos, etc. Un volumen que está siendo coordinado por Manuel Pérez Yruela, profesor del Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC, y Gregorio Rodríguez Cabrero, catedrático de Sociología de la Universidad de Alcalá.