Oigo una entrevista realizada al señor Tellado durante la semana pasada, me había quedado en casa, haciendo no sé qué, y apareció la voz del caballero, se trata nada menos que del segundo en mando en el Pp tras el congreso de primero de mes, y es triste decirles que llego a la conclusión de que no debemos esperar demasiado del caballero. Me explico. El hombre, de profesión político, contestaba a las preguntas como hacen los ministros de Pedro Sánchez cuando es él el que interpela en el congreso de los diputados. A la pregunta del periodista, contestaba con una perorata en la que no decía nada importante para el oyente, pero en la que encima no se acercaba lo más mínimo a lo preguntado por el entrevistador. Conclusión, que, si mañana está con Feijóo en el poder, hará con las preguntas que le presente la oposición lo que hacen los de ahora con las suyas. Un pan como unas tortas, que decía mi santa.
Y se enfadó, oiga. Eso fue lo más grande. Cuando el preguntón insistía en la no contestada, y cuando le decía que está haciendo lo mismo que hace el gobierno en el congreso, el hombre encima se enfadaba. ¡Político! Oiga, lo mismico que Sánchez, Bolaños y demás ministros del gobierno. Se parecen mucho, quizás demasiado. Parece tener la piel el señor Tellado tan fina como la de los ministros sanchistas y sus portavoces, tipo López y Alegría. Alguien, hoy ya no está con nosotros ni tenemos sus comentarios sobre las aventuras políticas de hace años en nuestra provincia, un político de centro que tuvo cierto poder en Almería me comentaba: Los políticos pueden cambiar de partido como lo hacen de chaqueta si con ello van a mantener el poder y el sueldo. Lo que me lleva a entender que todos los políticos son intercambiables, que hoy uno puede estar en el Pp, o mañana en el Psoe. Que de Iu se puede uno pasar al Psoe, o a Podemos, que de Podemos se puede hacer lo mismo camino del Psoe. No se olviden de políticos de Ciudadanos al Psoe, al Pp e incluso a Vox. Se acuerdan de la casa común. Nunca nos extrañó que un secretario de Alianza Popular, Jorge era su nombre, acabara en Podemos. En aquella chaqueta cabían todos los partidos, como en la cabeza de su primer jefe político cabía el estado, se decía por entonces.
Son profesionales de la política, y como los Ceos de cualquier empresa, ellos también pueden intercambiar de sede, despacho y hasta de ideales, lo suyo es vender un producto y que lo compren los ciudadanos. Qué más le da vender pipas, caramelos, ropa de caballero o coches de alta gama. Y hasta humo si hace falta, que es en política lo que más les gusta vender. Ellos son profesionales, y venden lo que sea, hasta a su santa madre y al resto de su familia si hiciera falta, con tal de mantenerse en el poder. Son maestros de la venta y la estrategia.