El alcalde agradece la “enorme red de generosidad” de los 130 socios del Banco del Tiempo

El alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, ha participado en la celebración del séptimo aniversario del Banco del Tiempo, una iniciativa que, dirigida por Chelo García Pérez, tiene su epicentro de “solidaridad e intercambio hora por hora” en el Centro de la Mujer de Cortijo Grande. A día de hoy son 130 los socios de este banco que, desde su puesta en marcha, ha contabilizado más de 7.000 horas de intercambio y ha tejido “una enorme red de solidaridad”, asegura el primer edil.

Acompañado por la concejala delegada del área de Familia e Igualdad de Oportunidades, Rafaela Abad, Fernández-Pacheco ha felicitado a todos los que hacen posible el Banco del Tiempo. “Es digno de mención, admiración y reconocimiento que un proyecto tan bonito, altruista y positivo haya cumplido siete años”. “Quiero felicitar a los usuarios y también a su directora, impulsora y 'alma mater' de este proyecto y quien ha logrado esas sinergias entre personas que no se conocían y que, en base a la generosidad, han entablado relaciones personales que luego perduran en el tiempo y enriquecen a toda una comunidad”.

Entiende Fernández-Pacheco que, “en la medida en que seamos capaces de incorporar los valores del Banco del Tiempo a la vida cotidiana y la relación con los demás, mejor será la Almería que un día dejemos a nuestros hijos”. El alcalde ha recibido, como socio de honor, el regalo de una taza con un reloj de arena, símbolo del Banco del Tiempo, durante el acto celebrado en la sede del Centro de la Mujer de Cortijo de Grande.

Compromiso

La principal finalidad del Banco del Tiempo de Almería es el “intercambio de conocimientos, servicios y habilidades entre socios, tiempo por tiempo. La unidad de intercambio es la hora y da lo mismo que sea una hora de clase de física cuántica o una hora de plancha”, explica la directora del Banco y responsable del Centro de la Mujer de Cortijo Grande. Para Chelo García, el número de horas de intercambio es casi imposible de contar porque, si bien, a través de cheque se habrían realizado 7.000 horas de intercambio, muchos de los usuarios “acaban haciéndose amigos y las horas empiezan a no contabilizarse”.

En el Banco del Tiempo de Almería se intercambian horas de informática por horas de plancha, horas de clases particulares por masajes terapéuticos, y se organizan talleres de duelo, de teatro o de poesía. Siempre “de forma generosa y altruista”. Un programa de horas de intercambio que ha ido creciendo en estos siete años, insiste García, que señala cómo cada año, son más las personas interesadas en esta iniciativa y más las que llegan “comprometidas y concienciadas”.