La Mesa del Ferrocarril de Almería, esa supuesta plataforma de la sociedad civil que lleva años reclamando unas infraestructuras dignas para la provincia, ha demostrado una vez más su falta de coherencia y de respeto a la pluralidad política. En su afán por influir en las elecciones municipales del 28M y tener su minutito de gloria, convocó un encuentro con los partidos que se presentan a la alcaldía de la capital para conocer sus propuestas sobre las comunicaciones en la ciudad, por mucho que no sean competencia municipal. Hasta ahí, todo tan normal como innecesario. Lo que no es normal es que excluyera a Vox, la tercera fuerza política en votos, con dos concejales en las últimas elecciones, y que podría lograr hasta tres según las últimas encuestas, y que al tiempo incluyera a formaciones sin representación o con escasa relevancia.
El criterio que siguió la Mesa para hacer esta selección es a todas luces arbitrario, y desmerece a quienes se definen como expresión de la sociedad civil. Además, parece que les diera miedo de que Vox pudiese desmontar sus argumentos. Y si no eso, solo puede tratarse de que no le gusta lo que Vox representa y prefieren ignorarlo, que es algo respetable en términos generales, pero insistimos que impropio de quienes dicen ser baluarte de la sociedad civil, porque esa sociedad civil también es la que vota a la ultraderecha. aunque no nos guste.
Sea como sea, se trata de una actitud antidemocrática y sectaria, propia de quienes se creen con el derecho de decidir quién puede hablar y quién no. Además, es especialmente grave porque el próximo gobierno municipal, o incluso el próximo gobierno del Estado, podría acabar teniendo que contar con esta formación política y cabe preguntarse si alguna de las entidades convocantes rechazaría una subvención firmada por el concejal o el ministro de Vox, o renunciaría a su nómina si ocurre eso, o si no les van a invitar a actos, o no acudirán a los que se convoquen.
La Mesa del Ferrocarril se ha quedado coja al dejar fuera a una parte importante del electorado almeriense, que merece conocer la opinión de todos los candidatos sobre un tema tan vital como el ferrocarril. Al mismo tiempo, ha sentado en sus sillas a Con Andalucía, una coalición que no tiene representación municipal, por mucho que uno de sus partidos sí tuviese un edil, o a Almería Avanza, que tampoco tiene representación municipal, ya que su líder es un concejal no adscrito, pero a la vez, no han invitado a la otra edil no adscrita y que también tiene su partido, Suma Almería.
La Mesa del Ferrocarril ha perdido una oportunidad de oro para demostrar que su imparcialidad y su compromiso es con Almería. En su lugar, ha optado por hacer un ejercicio de censura, dejando fuera a una parte de la sociedad civil.
Una vez más se demuestra que las mesas en Almería tienen un serio problema con las sillas, como pasó con la de las Infraestructuras ¿recuerdan sus resultados? Pues de aquella mesa... estas sillas.