Crónica de un fracaso anunciado

Se veía venir. Suele ocurrir en los gobiernos de conveniencia cuando entran en la recta final. Aparecen toda clase de tensiones que, en ningún caso, vienen suscitadas por los problemas reales de los ciudadanos, por mucho que digan que sí. Son más bien las conveniencias partidistas, en este caso de Susana Díaz y del PSOE, las que precipiten el adelanto electoral en Andalucía.
Hace algo más de dos años Javier Arenas y el Partido Popular ganaban las elecciones andaluzas. Pero, como ya es bien sabido, un pacto entre perdedores en los despachos se impuso a quienes los andaluces eligieron mayoritariamente en las urnas. El resultado, un gobierno inestable, más preocupado de sus propias zancadillas y el devenir judicial que de la precaria situación económica que tiene nuestra comunidad.
Andalucía empieza el año como lo cerró: encabezando la cifra de paro nacional, liderando la tasa de abandono y fracaso escolar, siguiendo a la cola en camas hospitalarias y suprimiendo todas las ayudas para la igualdad e inserción laboral de la mujer.
En Almería la situación continúa la tónica general, con la Junta manteniendo paralizadas obras de infraestructuras y servicios muy necesarias para el desarrollo y bienestar de la provincia. La rehabilitación de la Plaza Vieja, la Autovía del Almanzora, la Variante de Roquetas o el Materno Infantil son algunos ejemplos de la inefectividad y de la falta de compromiso que tiene este gobierno socialcomunista con los almerienses. Una falta de compromiso que Susana trata de suplir con mensajes de fin de año desde una Alcazaba, que por cierto, descuida la Junta año tras año.
No menos importante es el abandono de las políticas de igualdad que, a bombo y platillo, nos han vendido como ‘Pacto Andaluz por la Igualdad’. La suspensión de las ayudas económicas del Instituto Andaluz de la Mujer supone un portazo a aquellos proyectos que buscaban la inclusión social, la empleabilidad y el emprendimiento de muchas andaluzas y almerienses.
Las únicas certezas que sí me ha transmitido este gobierno son que negociaron un pacto que los andaluces no votaron, que no van a cumplir los cuatro años con los que se comprometieron a gobernar, que sí tienen presupuesto para unas elecciones anticipadas y que van a jugar al despiste con las posibles componendas del día después.
Inestabilidad política y lo mejor para los andaluces, dicen ellos. La constatación de un fracaso anunciado, diría yo.