La Universidad de Almería se ha convertido en el punto de encuentro para activistas y expertos en panafricanismo durante el II Encuentro Intercultural, donde se han discutido las realidades migrantes desde una perspectiva afrocentrada.
Este evento, celebrado el pasado viernes, se centró en el pensamiento panafricanista, la memoria de las diásporas africanas y la necesidad de visibilizar las experiencias de los migrantes. El panafricanismo es un movimiento multifacético que busca promover la unidad y solidaridad entre los pueblos de origen africano, tanto en el continente como en su diáspora. Su principal objetivo es defender los derechos de estas comunidades y fomentar un sentido de hermanamiento entre ellas.
Organización y objetivos del encuentro
El II Encuentro Intercultural fue organizado por CGT-UAL, la asociación Aisad Mbolo y el IV Ciclo de Migraciones Sur-Norte, con la colaboración de la Facultad de Psicología y el CEMyRI. Fernando Plaza, responsable del Ciclo de Migraciones Sur-Norte, destacó que esta segunda edición busca abordar temas relevantes sobre el africanismo a través de ponentes destacados. “Queremos acercar a nuestros vecinos africanos a la UAL y viceversa”, afirmó.
Plaza también subrayó la importancia de que la Universidad no permanezca ajena a la diversidad cultural presente en Almería. “Contamos con una rica diversidad cultural y es fundamental que la comunidad africana sea reconocida por su tejido social activo”, añadió.
Perspectivas desde la comunidad africana
Gabriel Ataya, presidente de Aisad Mbolo, expresó su frustración por la escasa presencia del colectivo africano en el ámbito universitario. “Nos sentimos excluidos del templo del conocimiento; sin acceso a este espacio nunca habrá una verdadera integración”, comentó. Además, hizo hincapié en la necesidad de apoyo por parte de la UAL para fomentar el emprendimiento dentro de su comunidad.
Ataya también reflexionó sobre las responsabilidades internas: “A veces no invertimos lo suficiente en nuestros hijos. Necesitamos más apoyo tanto desde nuestros países como entre nosotros mismos para construir solidaridad”. Según él, iniciativas como esta son cruciales para acercar a las comunidades a la universidad.
Reflexiones sobre identidad y visibilidad
Uno de los ponentes destacados fue Luis Alberto Alarcón, afrohispanoamericano e ingeniero experto en Políticas Europeas. Durante su intervención sobre el panafricanismo como movimiento político y cultural, abordó cómo las personas negras nacidas en contextos hispanos han sido históricamente invisibilizadas. “Es esencial reconocer que ser español no se limita a una única narrativa blanca europea”, enfatizó Alarcón.
A lo largo del evento también participó Lucía Mbomío, periodista y escritora, quien presentó su proyecto ‘Afromayores’, centrado en dar voz a personas mayores afrodescendientes. Este trabajo audiovisual busca visibilizar sus historias y experiencias, un colectivo frecuentemente olvidado en las narrativas predominantes que tienden a enfocarse en jóvenes migrantes.
Desafíos contemporáneos
Mientras compartía su experiencia personal relacionada con el diagnóstico de demencia de su padre, Mbomío resaltó la importancia de documentar estas historias antes que se pierdan. “La nostalgia hacia nuestras tierras nunca desaparece; muchos sienten que no han regresado debido a sus familias aquí”, reflexionó.
María Elena Prera, representante de ‘Alcemos la Voz África’, también tomó parte en las discusiones al abordar las barreras para acceder al empleo público y privado. “A menudo se asocia nuestra falta de acceso al racismo; sin embargo, muchas veces es simplemente una cuestión de desconocimiento sobre cómo navegar estos sistemas”, explicó Prera.
Tema central del encuentro
A lo largo del día se exploraron temas cruciales como la memoria histórica relacionada con la esclavitud negra y los desafíos actuales que enfrentan las personas afrodescendientes en Europa. También se discutieron iniciativas como la Declaración de Durban y propuestas concretas para combatir diversas formas de intolerancia.
Este encuentro no solo sirvió como plataforma para compartir conocimientos y experiencias sino también para construir puentes entre diferentes culturas presentes en Almería, destacando así el papel vital del asociacionismo y los espacios colaborativos necesarios para avanzar hacia una sociedad más inclusiva.