Manifestaban en el congreso celebrado en Sevilla durante el pasado fin de semana los presidentes del Pp, el andaluz y el nacional, Moreno y Feijóo, que solo hay una camino para el cambio: Votar al Partido Popular. Es una forma de hablar, y se entiende desde el punto de vista de un partido político como es el Pp. Lo cierto es que un momento dado los ciudadanos de este país votaron masivamente a este partido, lo regía un tal Rajoy, fue una mayoría tan absoluta, que se esperaba desde el electorado conservador una reconversión de todas las leyes y otras historias que había aprobado el gobierno del nefasto para Almería, Zapatero. ¿Y qué hizo Mariano?
El primer gobierno de Juanma Moreno en Andalucía tuvo que andar jugando con los votos de C´s y de Vox para sacar adelante sus proyectos, por lo que no se le podía exigir que le diera la vuelta a la tortilla que el Psoe había venido haciendo a lo largo de casi cuarenta años. No ha sido así en la actual legislatura, donde Moreno Bonilla recibió una mayoría absoluta para que le diera la vuelta a lo que había sido la Andalucía socialista y que no tuvo o no le dejaron durante los primeros años de su gobierno. ¿Lo ha hecho?
Estamos ante su tercera oportunidad, dentro de unos meses habrá nuevas elecciones al convento sevillano. Nos pide que hay que olvidarse del populismo de la oposición, y que el único sendero por el que caminar es el suyo. Se olvida don Juan Manuel que llevamos cuatro años, nos olvidamos si quiere de su primera legislatura, caminando por su senda. Y no digo que los grandes datos de inversión y futuro que nos vende su gobierno no sean ciertos, pero los que afectan a los ciudadanos, no parece que sean tan boyantes como nos quiere hacer ver. Los pueblos casi vaciados siguen sin futuro, los campos se abandonan cada vez más ante las cadenas que les puso el Psoe y que usted no ha sabido, o no ha querido romper. Los jóvenes buscan pisos donde comenzar una vida que no encuentran, o un futuro fuera de esta comunidad. Y no le vemos que se rompa la chaqueta en su lucha por ellos.
Nos han venido prometiendo una dura batalla por el agua, pero esta no llega, les preocupa la agricultura, pero lo cierto es que se quitan olivos en Jaén y la producción de tomate, por la parte que nos toca, baja ante el empuje de los vecinos del sur. Las palabras suenan bien, no hay duda, el discurso está bien hilvanado, cierto, pero los hechos como decía Julio Anguita, si nos atenemos a los que hemos comprobado en estos años, no abren expectativas de grandes cambios en el futuro. Seguiremos en el gobierno de las subvenciones, de los chiringuitos. Se seguirá usando el dinero de los ciudadanos para pagar y acallar movimientos sindicales y sociales. Y es de imaginar que su gobierno de gran corazón estará siempre dispuesto en la batalla por los desfavorecidos. Pues tiene muchos a los que cuidar en nuestra tierra, y durante los últimos años ellos no lo han visto así.
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