Mira que me encantan las pelis y las series. De siempre. De pequeña, en las tardes de invierno en Aguadulce, mi abuela Maricarmen nos ponía una de esas películas antiguas, con sus siestas de por medio, claro. Pero si hay algo que me choca, es entrar al Cine Yelmo de Roquetas y ver siempre las mismas tallas en pantalla. Es como si el mundo audiovisual le tuviera alergia a la diversidad corporal.
Y claro, el III Informe ODA contra la gordofobia 2025 viene y nos canta las cuarenta: los personajes con cuerpos grandes apenas llegan al $6,17\%$ en cine y al $7,04\%$ en series. Vale, es un descenso de unas décimas respecto al año pasado, pero vamos, que es seguir en la prehistoria de la representación. No es ya que salgan menos, ¡es cómo salen! El informe subraya que casi siempre están ligados a estereotipos rancios: o son el alivio cómico, o el amigo bonachón sin vida propia, o peor aún, el ejemplo de "lo que no hay que ser".
Mi primo Antonio, que es de Vícar y tiene un corazón tan grande como su barriga, me lo dice siempre: "En la tele, o estoy haciendo el tonto o vendiendo lotería". ¡Y tiene razón! Es agotador ver cómo el audiovisual sigue perpetuando la idea de que solo hay un tipo de cuerpo "apto" para el protagonismo, para el amor, para la aventura.
La diversidad corporal va más allá de un porcentaje. Se trata de reflejar la vida real, esa que vemos en el Paseo de Almería cada mañana. Hay gente de todas las tallas, colores y formas, y todas ellas son protagonistas de su propia historia. Dejar fuera a una gran parte de la población de las pantallas es un acto de pereza creativa y, seamos sinceros, de discriminación silenciosa.
El cine tiene el poder de cambiar mentalidades, de normalizar lo que es, sencillamente, normal. Así que, a ver si para el año que viene, en lugar de ver estas cifras tan raquíticas, podemos celebrar que en el prime time de la ficción haya un verdadero "festín" de cuerpos. Uno donde la trama no sea el peso del personaje, sino sus sueños, sus dramas y sus triunfos.
¡Menos estereotipos y más historias de verdad! La audiencia se lo merece, y la realidad, más aún. ¿No creen?