No, lo que está pasando en Ceuta no es una crisis migratoria, es una crisis política.
Lo que está pasando en Ceuta es un remake de lo que ocurrió en el Sáhara y aviso y anticipo de lo que sucederá en esa misma ciudad, en Melilla, en Canarias y quién sabe si en la Península Ibérica.
Basta recordar cómo Hassan II se hizo con el Sáhara, no solo incumpliendo las decisiones internacionales, y por lo tanto de modo ilegal, es que además –como ahora ha hecho en Ceuta- lanzó a civiles desarmados a cruzar una frontera minada. Más de 50.000 marroquíes se metieron en esa provincia española y acamparon aprovechando la agonía del dictador Francisco Franco y la necesidad del sátrapa alauí de desviar la atención de su pueblo.
Ahora su hijo, Mohamed VI, con la lección aprendida, repite la jugada con Ceuta, metiendo a casi 10.000 marroquíes desarmados por tierra y mar. Todos ellos coordinados en tiempo y forma, según las imágenes de televisión, bien comidos, bien vestidos, sonrientes, sin prisas… tan distintos de aquellos que alcanzan la costa andaluza o son rescatados por Salvamento Marítimo exhaustos, al borde mismo de la muerte, con el terror grabado en los ojos… que distinto ver a la guardia fronteriza marroquí dar palos a diestro y siniestro a quienes son devueltos en caliente, a facilitar el tránsito para esta invasión planificada.
No es una crisis migratoria y mucho menos una crisis humanitaria, se trata de una crisis política que ha dejado de nuevo por los suelos a los torpes servicios de inteligencia españoles, que no lo vieron venir siendo algo perfectamente orquestado. Porque en Marruecos no se mueven 10.000 personas sin que el Gobierno lo sepa o lo organice, y en cualquiera de los dos casos ¿dónde estaban lo servicios secretos españoles?
El sátrapa marroquí pretende que nuestro país niegue la atención sanitaria al presidente de la RASD, Brahim Gali, quien probablemente, por su edad, aún conserve el DNI que le acredita como ciudadano español. Será que lo de "república" y lo de "democrática" en Marruecos levanta sarpullidos.
Pero lo peor no es eso. Lo peor ni siquiera es ver que el Partido Popular se pone del lado marroquí… para una vez que el Gobierno de Pedro Sánchez hace lo que debe hacer. Es sorprendente que los de Vox, tan españolistas ellos, callen ante Marruecos en este tema, pero sí protesten cuando el tema es la agricultura, o la droga. ¿Por qué no defienden al presidente saharaui y a su pueblo?
El PP y Vox, que son “muy españoles y mucho españoles” deberían ser los primeros en rechazar cualquier pretensión ilegítima de Marruecos sobre el Sáhara, donde debió haberse hecho un referéndum de autodeterminación en 1975, un territorio que es responsabilidad del Estado español como potencia descolonizadora, y en el que sistemáticamente Marruecos viola los derechos humanos.
¿Cuándo ha sido Marruecos un buen vecino? ¿Cuándo?
Por cuestionar la diplomacia del PSOE, el PP y Vox están dispuestos a olvidarse del Sáhara. Luego vendrán las “madresmías” con Ceuta, con Melilla, con Canarias… ¿pero de verdad que ni tan siquiera lo servicios secretos españoles ven la televisión marroquí? Es que no es un plan oculto, es la constante de la política marroquí.