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Lanzaderas de desilusión

Por Manuel López Jerez
lunes 09 de mayo de 2016, 09:46h

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Si algo ha quedado muy claro con la grave crisis que atravesamos, es que necesitamos empresas para generar empleo. Y que nuestros jóvenes, bien formados para el mundo laboral, tienen que emigrar a otros países para encontrar un empleo decente y estable.

Sorprende, que con tantos funcionarios, bien preparados, en las administraciones públicas; que trabajan para la orientación laboral de los desempleados; se promuevan, con un enorme coste económico, proyectos a través de fundaciones.

Los ciudadanos, nos quedamos perplejos, cuando por una parte disminuye el personal laboral de los servicios públicos de empleo, y paralelamente, UNA fundación pública concierta un proyecto con otra fundación privada a la que llaman ”Lanzaderas de empleo”.

Nos quieren vender una innovación en la orientación laboral con el traje de la inteligencia emocional, la motivación, y lo más innovador: el coaching. ¿Acaso los orientadores laborales no están bien formados para acompañar a un desempleado en la búsqueda de empleo? De ser así, lo único que habría que hacer es formarlos en determinadas técnicas de automotivación con un coste mínimo.

Para que un desempleado encuentre trabajo, necesita que existan empresas que contraten a trabajadores. De sentido común, lo que acabo de expresar, pensará usted, apreciado lector. Así es, la lógica nos indica que los responsables políticos deberían concentrar sus esfuerzos en fortalecer el tejido productivo. Apoyar a las empresas existentes para garantizar su sostenibilidad e impulsar, con medidas eficientes y prácticas, su crecimiento. Asimismo deberían apostar, con seriedad, en proyectos empresariales que caminen hacia un nuevo modelo productivo.

Considero un entramado ineficiente e improductivo, con un alto coste económico, el proyecto de orientación laboral ejecutado por fundaciones, al que llaman: lanzaderas de empleo. Como consultor considero que el nombre más apropiado sería: lanzaderas de desilusión.

El tiempo nos confirmará el planteamiento que expongo. Me preocupa que con miles de parados en la provincia de Almería, se dedique tanto dinero a acciones que deberían realizar los empleados públicos dedicados a la orientación laboral, y canalizar dichos recursos económicos a apoyar al tejido productivo, generador de economía y empleo. Si algo ha quedado muy claro con la grave crisis que atravesamos, es que necesitamos empresas para generar empleo. Y que nuestros jóvenes, bien formados para el mundo laboral, tienen que emigrar a otros países para encontrar un empleo decente y estable.

Sorprende, que con tantos funcionarios bien preparados, en las administraciones públicas; que trabajan para la orientación laboral de los desempleados; se promuevan, con un enorme coste económico, proyectos a través de fundaciones.

Los ciudadanos, nos quedamos perplejos, cuando por una parte disminuye el personal laboral de los servicios públicos de empleo, y paralelamente, la fundación pública "Andalucía emprende" concierta un proyecto con otra fundación privada al que llaman ”Lanzaderas de empleo”.

Nos quieren vender una innovación en la orientación laboral con el traje de la inteligencia emocional, la motivación, y lo más innovador: el coaching. ¿Acaso los orientadores laborales no están bien formados para acompañar a un desempleado en la búsqueda de empleo? De ser así, lo único que habría que hacer es formarlos en determinadas técnicas de automotivación con un coste mínimo.

Para que un desempleado encuentre trabajo, necesita que existan empresas que contraten a trabajadores. De sentido común, lo que acabo de expresar, pensará usted, apreciado lector. Así es, la lógica nos indica que los responsables políticos deberían concentrar sus esfuerzos en fortalecer el tejido productivo. Apoyar a las empresas existentes para garantizar su sostenibilidad e impulsar, con medidas eficientes y prácticas, su crecimiento. Asimismo deberían apostar, con seriedad, en proyectos empresariales que caminen hacia un nuevo modelo productivo.

Considero un entramado ineficiente e improductivo, con un alto coste económico, el proyecto de orientación laboral ejecutado por fundaciones, al que llaman: lanzaderas de empleo. Como consultor considero que el nombre más apropiado sería: lanzaderas de desilusión.

El tiempo nos confirmará el planteamiento que expongo. Me preocupa que con cien mil parados en la provincia de Almería, se dedique tanto dinero a acciones que deberían realizar los empleados públicos dedicados a la orientación laboral, y canalizar dichos recursos económicos a apoyar al tejido productivo, generador de economía y empleo.