La democracia tiene dos pilares fundamentales, que son, en primer lugar el acatamiento de la decisión adoptada por la mayoría, y en segundo lugar, el respeto a las minorías. Cuando uno de los principios se quiebra, la democracia se quiebra también.
Es por eso que sorprende que en un partido como el PSOE haya quien apueste por no acatar la decisión adoptada por la mayoría, que es algo sólo justificable si ésta se ha tomado sin cumplir los requisitos mínimos: que las posturas se expresen en libertad, y que haya transparencia en la votación.
No puede ser democrático que cuando se reúne el Comité Federal y decide que se vote NO a Rajoy, eso se asuma por todos y se le de cumplimiento en el grupo parlamentario del Congreso, pero cuando de ese mismo órgano emana –sin denuncia de irregularidades en el proceso- que hay que abstenerse, pues entonces se reclame el derecho al voto en conciencia del diputado. Que eso además sea amparado y auspiciado por los llamados "barones", es decir por los jefes y jefas socialistas es suicida, ya que eso mismo se lo pueden hacer a ellos en sus propios territorios. ¿Con qué argumento Pedro Sánchez desobedecerá una decisión del mismo órgano que él dirigió? ¿con el de que él no lo dirige ahora? ¿qué hubiera hecho en el sentido contrario?
Más allá cual sea la opción mejor para el futuro del PSOE, lo que desde luego no se puede hacer es pedir respeto para las minorías cuando las minorías lo que hace es incumplir el mandato de la mayoría, cuando ellos han tenido las mismas oportunidades que los demás para defender su opción pero no han logrado aunar voluntades.
El caso más patético es el del PSC, siempre dispuesto a marcar distancias con el PSOE, como pasa con el PSE. Resulta que los dos líderes que más se han hundido electoralmente, y por tanto co-responsables del desastre en el que ahora andan metidos, son los que se creen ungidos para ir en dirección contraria, ya que esa es la acertada… y lo dicen quienes han fracasado hondamente. Quienes cuentan cada vez con menos militantes y menos votantes, son los que pretenden dar lecciones sobre qué debe hacer el PSOE para ganar. Alucinante.
Pero esta falta de respeto a la mayoría que tienen algunas minorías, tiene otro ejemplo en lo ya avanzado por Unidos Podemos, por Alberto Garzón, que anuncia que habrá una movilización contra la investidura de Rajoy, y ellos estarán allí… bueno, estará dentro y fuera a la vez. ¡Qué cosas!
Es decir, que si el Congreso elige un presidente de izquierdas, es legítimo, pero si elige a uno del PP, no es legítimo, pese a que ese presidente no sólo sea el líder más votado por los ciudadanos, es que también será el más votado por los diputados, el que menos votos tenga en contra.
Imaginen el caso contrario. Imaginen a un tal Pedro Sánchez en plena sesión de investidura, con un vicepresidente llamado Pablo Iglesias, con el apoyo de los independentistas, y que fuera se produjera una manifestación contra este acontecimiento. ¿Cuál sería la respuesta de la izquierda? Pues la respuesta sería que son una banda de fachas que propugnan un golpe de estado contra las instituciones.
Pero como nos puede extrañar eso si hay gobiernos en rebeldía ante la ley, dispuestos a cumplir las sentencias sólo cuando les dan la razón, que rompen autos judiciales si se las quitan. Y no pasa nada.