Vamos a hablar claro, que esto de los condohoteles suena a "tengo un piso en la playa pero sin vecinos ruidosos ni goteras"… o eso quieren vendernos. La idea es simple: compras una habitación (con su escritura y todo, como si fuera un trocito de paraíso en el Playmobil), la cedés a un hotel para que la gestione, y tú te sientas en el sofá a esperar que caigan los euros como si fueran gominolas. ¿Demasiado bonito? Pues vamos a destriparlo, que esto no es un todo incluido sin letra pequeña.
Fernando Herrera lo explica bien: "Tú eres el dueño, pero no puedes llegar un día, poner una cafetera y decir ‘esto ahora es mi piso de veraneo’". O sea, tienes el título, pero no el mando. La habitación es tuya, pero la gestión es del hotel, que reparte beneficios a lo "todos iguales", como cuando en la feria de Almería te toca el mismo peluche cutre aunque hayas gastado 20 euros en la rifa.
Aquí la gracia está en el reparto: 30% para ti, 70% para el hotel. O sea, ellos se quedan con la parte del león… pero tampoco es raro, porque son los que se parten el lomo limpiando sábanas, peleando con influencers que quieren upgrade gratis y aguantando a turistas que confunden "todo incluido" con "todo permitido".
Pues puedes, pero con condiciones: el nuevo dueño tiene que aceptar el mismo contrato de gestión. Vamos, que no puedes colársela a tu cuñado con un "esto es un chollo" y que luego se lleve el disgusto. Es como vender un timeshare, pero con olor a cloro de piscina.
¿Merece la pena?
Depende. Si buscas un ingreso pasivo (y confías en que el hotel no se convierta en un zombie resort como algunos de la Costa), puede ser interesante. Pero ojo:
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¿Y si el hotel va mal? Tu 30% será el 30% de… nada.
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¿Flexibilidad? Cero. Ni Airbnb por tu cuenta, ni dejársela a tu prima la fiestera.
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¿Garantías? Pregunta qué pasa si el operador quiebra. Que en Almería ya hemos visto proyectos brillantes acabar como el Temerario, ese barco fantasma del puerto.
Mi amigo Javi, que se gastó sus ahorros en un apartamento en Roquetas "para rentabilizarlo", ahora vive esclavo de los inquilinos ("¿Oye, el wifi no va… y es que el mar hace interferencias"). Cuando le conté lo de los condohoteles, me dijo: "Suena bien… pero prefiero seguir teniendo llaves de lo mío". Ahí queda eso.
Si te gusta la idea de ser "hotelero sin currelar", puede funcionar… pero no es la gallina de los huevos de oro. Y si no, siempre te queda comprar unos terrenos en Tabernas y montar un saloón del Oeste. Al menos ahí sí mandas tú. 🤠
📢 Y tú, ¿te lanzarías a ser dueño de una habitación de hotel?