No sé si de adolescentes fueron chicas malas, de esas que, como cantaba el amigo Rosendo, “hicieron en los billares la Primera Comunión”, pero está claro que tanto a Marta Bosquet (Ciudadanos) que es la nueva presidenta del Parlamento, como a Carmen Crespo (Partido Popular) al frente de la Consejería de Agricultura, Pesca y muchas cosas más, las carambolas les salen “que te pasas”.
Bosquet es parlamentaria gracias a cinco votos de oro. Solo cinco votos la convirtieron en número uno de la lista de Ciudadanos al Parlamento de Andalucía por la provincia de Almería, y excluyó de la candidatura a quien osó plantarle la cara. Si esos cinco votos de diferencia –mínima si tenemos en cuenta que votaban todos los militantes de la provincia- no hubieran existido, o se hubiesen decantado en sentido opuesto, ni habría sido parlamentaria, ni por tanto presidenta del Parlamento.
No solo eso, a pesar de lograr dos parlamentarios, que supone duplicar lo que tenían en Almería, lo han hecho con menos votos que Vox, lo que también da como para echarle una pensada.
Por su parte, Crespo, entró con calzador en la lista del PP en el puesto número tres, porque a punto estuvo de ir mucho más abajo, e incluso de no ir. El motivo no era que se cuestionara su valía, sino el haberse significado en el apoyo a Soraya Sáez de Santamaría en las primarias, como Juanma Moreno, y que fuera el ganador Pablo Casado.
Es verdad que para ser consejero no hace falta ser parlamentario, pero es una carambola que quien estuvo a punto de no tener ni escaño, hoy sea consejera, y todo porque quien obtuvo el peor resultado en la historia del PP andaluz, ha conseguido, también de carambola, la Presidencia de la Junta de Andalucía. Quien no estaba previsto que interviniera en la Convención del PP en Madrid, ha acabado siendo una de sus estrellas.
Carambola también es lo de Pedro Sánchez... pero nadie puede negar que con unos alares elásticos y una chupa de cuero daría el canteo en los billares. Dabute, tron.