En un contexto de progresivo envejecimiento demográfico y descenso de la natalidad, Almería destaca como la provincia andaluza con mayor proporción de población menor de 18 años respecto a su censo total. Así lo recoge el Boletín Oficial del Parlamento de Andalucía del 29 de julio de 2025, que incluye los últimos datos del Observatorio de la Infancia y Adolescencia a partir del Censo de Población y Viviendas del INE.
Según las cifras publicadas, Almería contaba en 2024 con 147.761 niños, niñas y adolescentes de entre 0 y 17 años, lo que representa un 19,4% del total de su población. Este dato la sitúa como la provincia con mayor peso relativo de población menor de edad en toda la comunidad autónoma, por delante de Sevilla (18,3%) y Cádiz (17,5%).
Pese a que en términos absolutos Almería no se encuentra entre las provincias con mayor número de menores (puesto que es superada por Sevilla con 360.214, Málaga con 310.235 y Cádiz con 220.525), el análisis proporcional revela un perfil demográfico más joven que el del resto de Andalucía. La provincia con menor peso de población infantil es Jaén, donde los menores de edad suponen solo un 16,2% de su población total.
Este dato cobra especial relevancia en un contexto autonómico en el que la población menor de edad supone un 17,6% del total censado. En el conjunto de Andalucía se contabilizan 1.521.745 personas menores de 18 años, lo que representa también un 19% de todos los menores registrados en el Estado español.
La estructura por edades en Andalucía refleja que el grupo de adolescentes de 15 a 17 años es el más numeroso (308.080 menores, un 20,2%), seguido del grupo de 12 a 14 años (289.112 menores, un 19%). Esta pirámide poblacional, más ancha en la franja alta de edad, anticipa el riesgo de una merma sostenida de nacimientos a corto y medio plazo si la tendencia no se revierte.
De hecho, el informe advierte de una tendencia descendente en el número de menores de edad en Andalucía durante las dos últimas décadas. Desde 2004, la comunidad ha perdido un 5,48% de su población infantil y adolescente, especialmente desde 2010. En 2024, el número de menores registrados (1.521.745) es incluso inferior al registrado hace veinte años.
En este panorama, el caso de Almería se presenta como una excepción parcial. Aunque también sufre el descenso generalizado, su porcentaje elevado de menores sugiere una estructura demográfica menos envejecida y con un mayor dinamismo reproductivo. Esto puede estar vinculado a factores socioeconómicos como el perfil migratorio, la estructura familiar o el crecimiento de ciertos núcleos urbanos en expansión.
Por sexos, la proporción en toda Andalucía es relativamente equilibrada: un 51,5% de los menores son chicos (783.340) y un 48,5% son chicas (738.405). No hay datos desglosados por provincias sobre este aspecto, aunque se espera que las proporciones sean similares.
En definitiva, mientras la comunidad autónoma andaluza afronta un reto demográfico de calado, con un paulatino retroceso de la población joven, Almería destaca por su resistencia relativa. El futuro de la provincia dependerá en buena medida de su capacidad para consolidar políticas públicas orientadas a la infancia y adolescencia, que aprovechen esta ventaja poblacional como un activo estratégico para su desarrollo económico, social y cultural.