El control sobre los medios que quiere imponer el gobierno de Sánchez tiene como excusa el que los jóvenes se radicalizan por culpa de las informaciones que se vierten en las redes sociales. Lo que hay que preguntarse es ¿por qué los jóvenes en estos últimos años se han volcado con las redes sociales? Se podría hacer un tesis sobre la cuestión, pero si hablas con los chavales, y alguna hay sobre el comportamiento de ellos a la hora de querer saber lo que ocurre en su entorno, no vayan a pensar que no les preocupa. Lo que no les interesa es la información que han venido recibiendo en los últimos años desde los centros del poder de los grandes medios de información.
Recuerdan ustedes lo que ocurrió en el Pp con la política de Mariano Rajoy, que engordó el nacimiento de Vox. Que el Pp no le dio al electorado de la derecha lo que quería y le había prometido, y este buscó otros derroteros donde encontrar lo que en política venía buscando. Habría que ver si en estos últimas semanas la actuación de Vox sigue en ese camino, o ha cogido otros derroteros, pero no es el caso que hoy nos ocupa.
Los jóvenes dejaron de prestar atención a los medios clásicos cuando estos se dedicaron a lamer las botas al poder, a informar sobre lo políticamente correcto, a contar lo que le interesaba al partido llenaba sus cuentas corrientes, e incluso al que estaba en la oposición. Y los mismo que esa derecha que estaba dentro de la órbita del Pp buscó otra alternativa, los jóvenes, más radicales en lo que a la búsqueda de la verdad, se sumergió en las redes sociales, donde la gente habla con libertad ante lo que venía sucediendo en nuestro país. Los grandes medios se percataron de la fuerza de las redes, y lanzaron sus digitales, pero no cambiaron sus idearios, que no eran otros que los de conseguir dinero, dinero, dinero, por lo que se dedicaron a cuidar al jefe político que les daba la publicidad.
Hoy día esos grandes digitales están divididos entre los que defienden a la derecha y los que se vuelcan con la izquierda. Cada uno con su verdad. No era eso lo que buscaban los jóvenes, y aparecieron los “libreinformadores”, que contaban a su aire, bastante más cercano a ese nuevo público que se acercaba a ellos, lo que estaba ocurriendo en España. No hay nada más radical que la verdad, y a eso le teme el político, que la verdad se imponga, que la verdad radicalice a los jóvenes, argumento por el cual, Pedro Sánchez y su gobierno tiene que acabar con la información que aparece en las redes, la otra la tienen controlada con la publicidad y las subvenciones. En esas andan. ¿Lo logrará? No tiene enfrente a una derecha bobalicona y a los señores de traje y corbata que solo ven la cuenta de resultados, se enfrenta a una juventud sin miedo, con ganas de que se le diga la verdad de lo que viene ocurriendo en nuestro país, de ahí que se esté persiguiendo, acosando y atacando a informadores que en las redes ofrecen sus comentarios sobre actualidad, de ahí el temor al comprobar que la operación cincuenta años del franquismo, programados por el presidente Sánchez, se está encontrando a una juventud que se interesa y pregunta por aquellos años y por las vidas que llevaron sus padres y sus abuelos. Y las respuestas han preocupado al sanchismo.