España en barrena

De nuevo hemos podido observar como se consuma otro desastre más para la política española. Un desastre más que hace que el Estado entre en barrena ante la ineficacia e irresponsabilidad de los cuatro partidos estatales, PP, C`s, Podemos y PSOE, que anteponen sus intereses partidistas personales por encima de los intereses nacionales. Una nueva investidura fallida ante el asombro de los españoles, que sin duda alguna se comienza a tornar en indiferencia y aburrimiento por la política.
El nuevo tiempo que parecía nacer, se ha convertido en una pesadilla insoportable en manos de los partidos de la vieja política y los que han llegado con la auto etiqueta de nueva política. Mezcla imposible que, a la vista esta, solo ha servido para más confusión, más bronca, menos eficacia y, como ácido corrosivo, corroer la poca credibilidad que la ciudadanía tenía en la “clase” política. Un nuevo, que no último desastre que nos llevará, si no lo remedia alguien con sentido de Estado a una nuevas, las terceras, elecciones generales en Diciembre.
Cuatro partidos estatales, dirigidos por cuatro políticos, cada vez más dignos de chiste que de prestigio, me refiero a Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, que ya, esta misma mañana deberían dimitir de sus cargos, a la vista de su fracaso e incapacidad para el más básico de las obligaciones en política como es tener capacidad de llegar a acuerdos. No son capaces de ponerse de acuerdo ni en la hora del recreo.
Si en dos ocasiones, en dos convocatorias electorales, estos cuatro políticos no han sido capaces de llegar a un acuerdo, hora es ya de que dimitan y dejen que, otros compañeros más capaces que ellos, intenten acordar lo que ellos no son capaces.
Una nuevas elecciones si es que no hay más remedio perfecto, pero con otros líderes. Estas reuniones de las ejecutivas de los distintos partidos que vamos a ver como se suceden una tras otra, debe servir para tal sustitución de líderes fracasados, tanto para España como para sus propios partidos. Unos partidos que se dejan arrastrar por sus líderes cargados de fracasos y egoísmos personales, capaces de llevar al cementerio a sus partidos y a España con ellos, son partidos que no sirven para gobernarse ni a ellos mismos.
Estos desastre nos han puesto en la encrucijada del camino. Momento de decidir por donde seguir caminando ya que el actual sendero solo conduce al abismo. Hora sería ya de comenzar a reconocer que el modelo de Estado, el modelo territorial, la actual Constitución del 78, la ley electoral... etc ya no vale. Hay que reformar todo ello. Para que ello ocurra, debemos comenzar por lo más básico, que no es otra que cambiar a los políticos actuales incapaces de solucionar nada más allá de lucha por sus propios intereses personales. La política no va ha cambiar hasta que no cambien quienes la dirigen. Exijamos el cambio de líderes como paso previo a aceptar una nueva convocatoria electoral, si queremos que el Estado salga de la barrena en la que se encuentra, y pueda remontar el vuelo.