"Para quienes ambicionan el poder, no existe una vía media entre la cumbre y el precipicio".
Tácito.
El compulsivo afán de Susana Díaz por hacer carrera en el Km. 0 del imperio -'de Sevilla a Madrid y de Madrid al cielo'-, amenaza con lograr lo que no pudieron dictadores ni pistoleros de tiempos pretéritos. Darle la puntilla final al partido de Pablo Iglesias Posse, aquel heroico fundador también de la primera UGT. Más de ciento treinta años de historia de combate en el parlamento y en la Calle, por la libertad y los derechos de los trabajadores, a punto de irse a pique para apuntalar un ilegítimo gobierno de Rajoy: el cuatrienio más antisocial de la pseudodemocracia nacionalista española.
Cuando la trianera, socia de gobierno de los anaranjados joseantonianos (de tapadillo), respaldó por escrito en twitter al membrillo bocazas Fernández Vara, con objeto de consolidar otros cuatros años el club opusino de Moncloa, abrió la Caja de Pandora. Puede entenderse que sus fieles edecanes Cornejo y Pradas amaguen con morder. Comprendemos la lealtad al Susanato de Micaela Navarro, la 'Capamachos' experta en vender confrontaciones sexistas para eludir implantar políticas de clase. Y hasta podría no extrañarnos la embestida a bayoneta calada de la amiga millonaria del plutócrata Sr. X, Carme Chacón. Ni aun sorprendería que el sucesor del 'compañero' Barreda (biznieto de la marquesa de Treviño y nieto del conde de La Cañada) y del acaudalado con capilla Bono, el Page -García-, anhele trepar desde su Ínsula Barataria toledana a Ferraz.
Pero lo que provoca estupefacción a cualquier observador de esa zafia batahola por el mando en plaza sociata, plagada de claudicaciones, intrigas y traiciones; lo que debe incluso repugnarle a todo asqueado espectador es esa pasividad zombificada, de su cada vez más menguada parroquia, ante este mezquino entreguismo al exjefe de Bárcenas. ¿Dónde se han escondido los que clamaban contra el clerical-franquismo del partido de Fraga, por la Memoria histórica, y se figuraron que la PSOE haría de barricada...? Ah, ver lo que ve la vida, y cuán desfigura la muerte.
Ayer, al contemplar el vano intento de asalto al trono de la ejecutiva para humillarlo a los pies del supremo camarada de Fabra, Rato y Barberá, entre muchos otros españolísimos bienhechores, ¿hubo alguien de los devotos de la partidocracia que no derramase lágrimas de alegría? Los de la formación de la Púnica y la Gürtel porque ya acarician nuevos éxitos electorales, si les dejan seguir recontando votos con empresas de correligionarios (¡aunque lo de los pucherazos nunca ha pasado en España, eh!). Llanto feliz el del nominado por el supernumerario de la Caixa Isidró Fainé, Falangito Rivera, el cual anhela pescar incautos para sus filas en guerra intestina ajena. Y gozosas cataratas de lloros las del coletariado, jugando a parecer más socialdemócrata que Besteiro al asestarle el golpe de gracia a Negrín, por supuesto con las más loables intenciones.
Por todo lo acontecido, en estos momentos de enfebrecidas ansias de gloria y navajeos de inmortal fama, no nos resistimos a componer de modo altruista el Epitafio, al filo del postrer colapso, a la finiquitada bandería de los artistas de los EREs.
Dedicado cómo no a Susana, 'La Salvaora':
Por malfario de la Pacheco
dice adiós la ruin porfía,
la cruel noche vence al día
en pos del necio embeleco.
¡Qué mal fin tuvo el partido
por las gaviotas deglutido!