La historia, a veces, se escribe con números que son mucho más que cifras: son latidos, son avances, son gestas. Y hay un dato que, mirado con perspectiva desde Almería, debería llenarnos de esa satisfacción que da el saber que estuvimos, una vez más, en la vanguardia: tres de las nueve primeras alcaldesas de Andalucía en las elecciones democráticas de 1979 lo fueron en municipios almerienses.
3 de 9. Un tercio. En una Comunidad Autónoma con 778 municipios. Aquellas primeras elecciones locales del 3 de abril de 1979 marcaron el inicio de la política municipal en el nuevo Estado democrático. Que de solo nueve mujeres que alcanzaron el bastón de mando en toda Andalucía, tres lo hicieran en nuestra provincia, habla de un espíritu pionero, quizás más acentuado en la Almería profunda y con el ingenio afilado.
El detalle cobra aún más valor si recordamos el contexto, el de la anécdota y la Academia. En aquel 1979, la Real Academia Española (RAE) seguía definiendo a la "alcaldesa" como, principalmente, "la mujer del alcalde". Un absurdo terminológico que hoy nos resulta hasta cómico, pero que retrata una época: la mujer, por mérito propio, podía ser elegida para liderar un ayuntamiento, para ser el "Alcalde" (porque a eso optaban), pero la lengua oficial la relegaba al rol de consorte.
Esta reliquia del pasado, donde se etiquetaba a la mujer del regidor con un título específico –¿Llamaríamos "presidenta" a la esposa del Presidente del Gobierno?–, choca frontalmente con la valentía de aquellas nueve. Mujeres que no fueron floreros, sino líderes escogidas por sus vecinos.
Y de esas nueve, Almería puso a tres en el mapa:
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María Villalpando Nieto, alcaldesa de Senés (UCD).
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Adoración Antolín Soroche, alcaldesa de Uleila del Campo (UCD).
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Carmen Amate Cruz, alcaldesa de Pechina (PSOE).
Llama la atención el espectro ideológico. En aquella época de efervescencia política, donde la Unión de Centro Democrático (UCD) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se repartían la mayoría, el factor determinante no fue la ideología. Como bien se señalaba, había de todo: UCD, PSOE y otras como el PCE, y varias de ellas lo eran por formaciones independientes sin una adscripción política concreta, más allá de solventar los problemas del pueblo. Esto subraya que la dificultad no era de ideología conservadora o progresista, sino de confianza en la mujer en sí misma como líder. Y, en muchos casos, la vía más sencilla fue a través de agrupaciones independientes, lejos de la estructura más rígida y quizás más reticente de los grandes partidos de la época a la hora de colocar a una mujer al frente de una lista.
El reportaje que ha traído la memoria de estas mujeres al presente, titulado "Alcaldesas por Elección" y emitido en Los Reporteros de Canal Sur Televisión, ha sido distinguido con el XIII Premio Internacional de Periodismo Carmen de Burgos 'Colombine', que otorga la Asociación de Periodistas - Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL).
El galardón, copatrocinado por la Fundación Unicaja y Cosentino Global, fue entregado a sus autoras, las periodistas Mabel Mata Porras y Nieves Fernández García, en un evento que el presidente de la Asociación, José Manuel Bretones, ha vuelto a convertir en un éxito con la colaboración de toda la directiva, que se lo está trabajando mucho. La coincidencia del acto de entrega con el recuerdo de la gesta es un oportuno golpe de actualidad, tras ver sentadas en el salón en que se hizo el acto, a las cinco mujeres que realizaron aquella gesta (sí, pude parecer excesiva la palabra, pero escuchen sus historias y lo entenderán) y aún están entre nosotros (una de ellas, almeriense).
Lo verdaderamente ilustrativo de la visión que ofrecen estas pioneras es la escala de sus preocupaciones iniciales. No hablaban de grandes infraestructuras, ni de debates ideológicos complejos de alto calado autonómico o estatal. Sus reclamaciones y promesas eran tan esenciales como la vida misma: arreglar calles, llevar agua y luz a todos los núcleos, y garantizar la limpieza. Eran alcaldesas de lo básico, del problema cotidiano del vecino.
Cuarenta años después, y con una clase política profesionalizada (ellas, como la mayoría de los regidores de la época, no cobraban ni un céntimo), resulta paradójico constatar que muchas de esas "cosas básicas" siguen siendo, para gran parte de nuestros municipios, un dolor de cabeza. Hemos añadido nuevas capas de complejidad y debate político, pero las zanjas y los cortes de suministro persisten.
El éxito de Almería en 1979 no fue una casualidad, fue un testimonio del empuje de su gente. El Premio 'Colombine', en memoria de otra almeriense pionera, Carmen de Burgos, y el reportaje de Canal Sur nos recuerdan que, a pesar de los avances y de los líos políticos actuales, la política local, la más cercana, sigue siendo la trinchera donde se lucha por el agua que sale del grifo. Y eso, lo supieron ver muy bien tres mujeres almerienses. 3 de 9. Un dato que, sí, nos hace sentir una profunda satisfacción.