Un grupo de investigación de la Universidad de Almería (UAL) ha logrado identificar alteraciones en la conectividad cerebral que pueden predecir el comportamiento de personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en situaciones de cambio. Este avance permite comprender síntomas como el miedo al error y la excesiva flexibilidad, lo que podría ser útil para los profesionales en la adaptación de sus tratamientos clínicos.
El estudio, cofinanciado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, así como el Plan de Investigación y Transferencia de la UAL, destaca por su enfoque conjunto en ambos trastornos psiquiátricos. Para llevar a cabo esta investigación, se han utilizado modelos computacionales para analizar cómo aprenden las personas y técnicas de neuroimagen para registrar la actividad cerebral en reposo antes de realizar tareas específicas.
Mecanismos detrás del comportamiento
En el experimento diseñado, tanto los pacientes con TOC como aquellos con TDAH mostraron un retraso mayor al detectar cambios en las reglas del juego en comparación con personas sin patologías. Sin embargo, las razones detrás de este retraso difieren: los pacientes con TOC se ven más influenciados por el miedo al castigo, mientras que los individuos con TDAH toman decisiones guiadas principalmente por recompensas inmediatas.
A nivel cerebral, los investigadores observaron que los participantes sanos presentaban una comunicación más equilibrada entre ambos hemisferios del córtex parietal, lo que podría relacionarse con un mejor aprendizaje durante la tarea. “A pesar de que el TOC se asocia comúnmente a comportamientos rígidos, en entornos cambiantes no muestran perseverancia; buscan respuestas adecuadas guiándose principalmente por el castigo”, explican M. del Rocío Rodríguez y M. Pilar Flores, investigadoras responsables del estudio.
Sensibilidad al refuerzo y al castigo
Las conclusiones se obtuvieron a través de una tarea informática presentada como un “juego”. En esta prueba participaron 43 pacientes con TOC, 53 con TDAH y 52 individuos sin ninguna patología. Se les pidió elegir entre dos cuadrados de diferente color; uno otorgaba puntuaciones más altas en un 80% de las ocasiones. Sin embargo, tras varias repeticiones, el color que proporcionaba más puntos cambiaba. Tanto los pacientes con TDAH como los del TOC tardaron más tiempo en adaptarse a este cambio.
La investigadora M. del Rocío Rodríguez señala que “se observa un rendimiento inferior durante esa fase crítica y reaccionan más tarde para modificar su conducta”. En el caso específico del grupo TOC, el temor a perder puntos influía significativamente en su desempeño. Por otro lado, los pacientes con TDAH mostraban una mayor sensibilidad hacia las recompensas obtenidas.
Mejoras potenciales en la terapia
Los hallazgos sugieren que reducir la incertidumbre podría facilitar una mejor adaptación para los pacientes con TDAH y TOC ante cambios ambientales. “Ofrecer información detallada sobre las situaciones o estructurar tareas puede ayudarles a aprender respuestas adaptativas”, afirman los investigadores.
Además, se utilizó la técnica de Espectroscopia Funcional de Infrarrojo Cercano (fnirs), que mide la actividad cerebral mediante el análisis del flujo sanguíneo oxigenado en la corteza cerebral. Esta técnica permite observar qué áreas cerebrales están conectadas mediante electrodos colocados en un casco especial.
Análisis en estado de reposo
El estudio titulado ‘Contingency-based flexibility mechanisms through a reinforcement learning model in adults with attention-deficit/hyperactivity disorder and obsessive-compulsive disorder’, publicado en la revista ‘Comprehensive Psychiatry’, evalúa por primera vez si la actividad cerebral durante periodos de reposo puede predecir conductas posteriores relacionadas con la flexibilidad cognitiva. Durante estas pruebas iniciales, se medía la red neuronal frontoparietal mientras los participantes miraban un punto fijo durante nueve minutos sin realizar ninguna tarea específica.
Los resultados indicaron que entre quienes no presentan patologías, la actividad en áreas específicas del cerebro predice comportamientos durante fases de aprendizaje. La conexión entre regiones parietales facilita identificar rápidamente cuál es el color que otorga mayores puntos y mantener esa elección equilibrando recompensas y castigos derivados.
El equipo investigador ya está planificando nuevas fases del estudio donde propondrán pruebas utilizando realidad virtual para simular acciones cotidianas y evaluar cómo se desarrollan las tareas relacionadas con planificación y toma de decisiones.
La noticia en cifras
| Grupo |
Número de participantes |
| Pacientes con TOC |
43 |
| Pacientes con TDAH |
53 |
| Personas sanas |
52 |