Nadie quiere trabajar en los hospitales de El Toyo y Poniente

El Gobierno andaluz debería hacérselo mirar, porque no es normal que en un país donde se sueña con trabajar para la administración, nadie quiera hacerlo en el Hospital de Poniente o en el de El Toyo, por mencionar solo dos casos.

Que el Servicio Andaluz de Salud saque ocho plazas para cubrir las bajas por vacaciones de médicos de urgencias que habrá en la Agencia Pública Sanitaria Hospital de Poniente, y solamente logre suplir tres, y que en el rimbombante Centro de Alta Resolución Diagnóstica de El Toyo, de las seis plazas ofertadas, únicamente se cumpla con cuatro lo que deja clarísimo es que nadie quiere trabajar en estos centros sanitarios, y estamos convencidos de que no son casos aislados en Andalucía, aunque sí los que conocemos por ser los de Almería.

Así, en 2016, en nuestra “realidad nacional” no se superaron el 45% de las sustituciones, se cerraron 2.500 camas, el 55% de los quirófanos, el 80% de los centros de salud cerraron por la tarde, y el 2017 nace con la promesa del Consejero de cubrir al 100% las sustituciones con el Plan Costa, ahora del SAS anuncia que sólo va a cubrir el 52% y no el 100% de las necesidades en la costa de Andalucía, a lo que hay que añadir la circunstancia ya mencionada, y es que habrá oferta que no tenga candidatos.

Las condiciones que ofrece la Junta de Andalucía son tan rematadamente malas, que nadie quiere trabajar, pero eso sí, ella exige a la ciudadanía hasta extremos asfixiantes. ¿Imaginan que una empresa privada tiene un contrato de un año con una persona, a razón de una hora al mes? Bueno, pues eso lo ha hecho el SAS, y no ha pasado nada, no ha habido inspección de Trabajo que le meta mano.

Ahora échense una risas con las “cláusulas sociales” que la Junta impone a las empresas proveedoras, cuando ella engorda sin medida ni control a su altos cargos y a los de sus agencias, a todos aquellos a quienes se elige a dedo, mantiene en un nivel aceptable a sus funcionarios, y explota salvajemente a los interinos y a quienes contrata temporalmente.

Para el Gobierno andaluz, es “catastrofista” denunciar todo esto, cuando la realidad es que la catástrofe es tener unos profesionales sanitarios trabajando al límite de su capacidad, olvidando por completo que es esta misma administración y el partido que la sustenta (o quizá sea al revés) quienes vinculan precariedad laboral y accidentes laborales… aunque en este caso el accidente no solo lo sufre el profesional, ya que la principal víctima suele ser el paciente.

La pregunta es que, si como dice el Gobierno, no debemos preocuparnos si tras prometer cubrir el 100% de las bajas por vacaciones, se deja en cubrir el 52%, y si de ese 52%, se cubre el 60% o el 70%... entonces resulta ser un absoluto despilfarro y una pésima gestión la que se viene realizando ¿no?