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Herejías y Potaje de Cuaresma

jueves 18 de febrero de 2016, 21:49h

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El garbanzo es legumbre antigua, ya en la Edad del Bronce se cultivaba, junto a las habas, y las lentejas. Higuera, apio, guisantes cebollas, zanahorias, el olivo y la vid o la lechuga son anteriores (Edad de Piedra: mesolítico). Garbanzo en latín fue “cícero” y nombró a una familia (Cicerón), como haba fue “faba” (de donde vienen Favius y familia Favia) y lenteja lentilus (familia Léntulo)…también en ésto somos “herencia” de aquella Hispania, tierra de conejos.
La Cuaresma es tiempo de penitencia (“pentinciágite”) y era costumbre evitar “la carne”, cosa del demonio, como el mundo. Hacer un guiso sustancioso sin carnes, huesos, tuétanos no es fácil, pero los cocineros siempre han sabido hacer diabluras eficaces. El Potaje de Cuaresma es una solución obligada para este tiempo litúrgico.
Emplea bacalao en tabla-momia (que se puede poner a remojar conjuntamente junto con unos buenos garbanzos del Pedroso –o mejicanos- la noche anterior); cebolla con clavo hincado, atadijo con zanahoria, puerro, laurel y tomillo, que se extraerán tras la cocción en agua y 2 cucharadas de aceite crudo para freir unos ajillos y sopas de “pain perdue” (de ayer). Los garbanzos han de hervir primero y dejarse en lenta cocción (3 horas) a fuego bajo después. Sin espinacas (o acelgas) no hay potaje de cuaresma: se cuecen aparte (minutos) ya limpias y se enfrían y oprimen para picarlas y verterlas sobre el potaje finalmente. El pan frito (o tostado) se maja con algo de pimentón y deslee para espesar el potaje (otros conforman pelotas con rebozo de pan, bacalao y perejil). En estas tres horas se reza.
La caterva de esta antigua “raza de víboras” que desde su demagogia sempiterna (Lenin te quiere) aspira a empobrecernos y oprimirnos –como hacemos con las espinacas- prefiere entonar oraciones-like obscenas: les gusta provocar y disfrutan con el impune ejercicio de inducción al odio religioso –católico, naturalmente. Yo, que soy tibio, apenas practicante y dado a la escepticemia ya he pecado llamándolos así, de modo que los renombraré: son, en realidad, “sepulcros blanqueados” que ocultan el terror de los restos mortales macerados en su pudridero de “lixivia terrae”, y como he vuelto a pecar tendré que purificarme dando cuenta de este potaje de cuaresma acompañándolo con un vino tinto del país, tempranillo, naturalmente.
Nota para descreídos, ingenuos, malevos y progres de manual: Interrumpí el estudio de la Torá (librería de historias) sobrecogido por “una” música sublime a mis oídos. Vi a los corderos sumisos, aquel terrible filisteo -satán gigantesco-, un rey celoso, el cruel final sobre la propia espada; el escudo, la estrella; el nuevo estado, la tierra ganada, norte y sur unidos por el odio; la grandeza perdida, el absoluto poder impuesto, la ausencia de paz, la venganza…
“Nuestra inercia esteriliza los campos” (Geórgicas, S. I antes de Cristo)
y la Democracia, ¡ estúpidos ¡

Nicasio Marín

Concejal del Ayuntamiento de Almería por el Partido Popular

Médico de profesión. Ha sido presidente del Sindicato Médico en Almería