Antonio Hernando a las puertas del Infierno

Estoy convencido de que el socialista Antonio Hernando es un tipo leído -expresión incorrecta pero popular usada para decir que ha leído mucho- y por tanto cuando dijo en Almería “que Rajoy abandone toda esperanza” de ser elegido presidente del Gobierno español con el voto o la abstención del PSOE, sabía qué decía exactamente.

Seguramente Hernando conoce que esa frase, la de “abandonad toda esperanza” es la que aparece escrita en el frontispicio del Averno, y que Dante Alighieri refleja en la sentencia novena del Canto III de su Infierno de la Divina Comedia.

Podría hacerse un magnífico artículo hablando de la Divina Comedia que andan representado todos los políticos, eso sí, muy bien pagada para tener tanto “maldito” (llámase a así a quienes desde bambalinas arman ruido, fundamentándose en aquel “cuan gritan esos malditos/ más mal rayo me parta/ si en acabando esta carta/ no pagan caros su gritos” de Zorilla), pero como uno es más de rocanrol, de lo que me acordé al escucharle tan tajante en su “defendella y no enmendalla” (como se recoge en el verso original de las Mocedades del Cid, y no “sostenella” ni “mantenella” que son las formas habitualmente usadas) es de Los Suaves, cuando cantan que “he olvidado que las manos del Diablo reparten las cartas para jugar esta partida” (el tema es “Siempre con miedo”).

Hernado no habrá escuchado a Los Suaves, pero seguro que ha leído a Dante, y hasta le recita versos a su Beatriz almeriense, así que admitamos que no sea consciente que en la partida en la que se juegan el Palacio de La Moncloa el Diablo ha repartido las cartas, y que como cantan en “Víspera de Todos Los Santos” ahora están en “un tiempo de horas homicidas” y “ellas van trabajando/ el reloj tic tac causa heridas/ mientras la vida te va suicidando”, a lo que añade “tú no te enteras”. Se le acaba el tiempo al PSOE, tiene que decidir, o facilitar la investidura de Rajoy -aunque sea vendiendo cara su abstención- o formar gobierno con quienes quieren enterrarlo. Son horas homicidas, pero no se entera.

Él debe ser más de la Divina Comedia, no hay más que verle y oirle, oirle con la misma atención que él se oye a si mismo cada vez que habla, impostando la voz, con una leve insinuación de sonrisa, como la de quien cree tener las mejores cartas, sin advertir que quien las reparte es el Diablo, y se ha cansado de darle cuerda al reloj de tu vida.

Pero me voy a atrever a referirle unas palabras del Profeta Muhammad para que se las transmita a Pedro Sánchez, en la confianza de que captará la sabiduría que guardan. Decía que “Tres cosas hay destructivas en la vida: la ira, la codicia y la excesiva estima de uno mismo”, y pedirle que reflexione si no es ira lo que le lleva a preferir una alizanda con radicales de todo tipo antes que acordar con el PP, si no es codicia lo que mueve a quienes le rodean porque no tienen otro medio de ganarse la vida; y si no es una excesiva estima de uno mismo querer mantenerse al timón de un partido aunque las urnas le hayan dicho reiteradamente que el rumbo es incorrecto o que no hay rumbo.

Hernando debería decirle a Sánchez que abandone toda esperanza de reconstruir el PSOE si tiene una actitud destructiva.