Que la propia Junta de Andalucía reconozca, por escrito y ante los medios de comunicación, que sostiene un “chiringuito” inútil, pero que nos cuesta 600.000 euros anuales, es algo absolutamente novedoso.
Lo cierto es que el Consejo de Gobierno andaluz se limitó a informar que eliminaba una cosa que se llama Consorcio Unidad para la Calidad de las Universidades Andaluzas (CUCUA), pero diciendo que tras su fundación en 1988, llevaba inactivo desde 2011.
Tal vez el Gobierno no contaba con que algún periodista –en este caso de Noticias de Almería- se interesara por el tema y descubriera que se trataba de eso, de un chiringuito más de la administración paralela de la Junta de Andalucía.
Y es que resulta que aunque el Gobierno afirma que no tenía actividad, le venía pagando casi 48.000 euros al mes, y al menos hasta finales del pasado año 2015. Existe un convenio entre este Consorcio y la Agencia Andaluza del Conocimiento (AAC) relativo a ese año y que es la mar de curioso, ya que contradice el propio argumento expuesto por la Junta para eliminarlo.
Según el convenio, la AAC hace una encomienda de gestión al CUCUA para que se encargue de las tareas de acreditación de las universidades, ya que ella no tiene capacidad económica ni material para hacerlo. Pues bien resulta que la nota del Consejo de Gobierno dice justo lo contrario, que el Consorcio está inactivo ya sus tareas las hace el Agencia.
Más sorprendente es el propio origen de ambos organismos. Resulta que –también lo especifica el convenio- antes existía la Agencia Andaluza de Evaluación de la Calidad y Acreditación Universitaria, y luego se crea la AAC, pero sin presupuesto para su función –así lo recoge-, por lo que crea esta Unidad, que luego transforma en Consorcio… ya ven, qué cosas, ingeniería burocrática para dar paso a la ingeniería financiera.
Si tanto la Unidad como el Consorcio, como la AAC, como la AAECAU (no sé si me he dejado alguna letra) lo paga la Junta, o sea, nosotros, ¿Cómo se puede decir que se cierra una cosa para abrir otra, que luego se lo encarga a otra por no tener dinero, cuando el dinero de ésta última sale del mismo sitio?
¿Era consciente el consejero de Empresa, Innovación, Ciencia y Empleo en 2015, que iba a pagar 600.000 euros a un Consorcio inactivo? ¿y si está inactivo, tenía trabajadores? ¿y si los tenía, por qué han estado inactivos en vez de estar trabajando? ¿y qué va a pasar con ellos? ¿y si no los tenía, dónde ha ido a parar el dinero?
Si como pone el convenio, el Consorcio debía informar trimestralmente de su actividad ¿cómo es posible que haya pasado todo este tiempo sin cerrarlo y pagando? ¿cómo ha podido ir cobrando si para hacerlo tenía que justificar el trabajo realizado… y resulta que estaba inactivo?
Se supone que este organismo –y los anteriores- se crea para avaluar a las universidades andaluzas, y resulta que son ellas mismas las encargadas de evaluarse… pues vaya, el sueño de cualquier universitario.