El Almería está en plena acción, y su enfoque en la preparación defensiva promete dar frutos esta temporada. Con un trabajo meticuloso que busca fortalecer una de las áreas más críticas del equipo, el club se está asegurando de construir una base sólida para el éxito futuro.
Mejoras en la defensa
La estrategia es clara: implementar una cerradura de máxima seguridad que haga frente a los desafíos que se presenten. El equipo ha estado trabajando arduamente para mejorar una faceta que el año pasado resultó ser un verdadero quebradero de cabeza. Con seis de los ocho fichajes enfocados en la línea defensiva, Rubi y su cuerpo técnico están dedicados a proteger su hogar con un enfoque integral. La idea es que todos los jugadores estén comprometidos en elevar la seguridad en la retaguardia, permitiendo así que el ataque pueda desplegarse con total libertad.
Cada pequeño detalle cuenta en este proceso. Es crucial perfilar correctamente y orientar el cuerpo para ganar esas milésimas de segundo ante cualquier posible ataque rival. Las ayudas constantes son esenciales para evitar situaciones de inferioridad, y Rubi enfatiza la importancia de anticiparse al juego y establecer automatismos que faciliten las disputas. El objetivo es claro: crecer lo máximo posible, pero siempre con un enfoque en la calidad del trabajo realizado.
El bloque como clave del éxito
Un componente vital en este nuevo enfoque es el concepto de bloque. La verdadera solidez no radica únicamente en las disputas individuales, sino en cómo se colocan las piezas sobre el tablero. Rubi se muestra firme al respecto: “Véis, así no puede entrar nadie”; “Ese pasito al frente es la diferencia”. Su deseo es escuchar a los porteros y fomentar esa comunicación esencial entre los jugadores, algo que ya comienza a notarse con Andrés Fernández interactuando activamente con sus compañeros.
A medida que avanza la concentración en Marbella, también se va formando una conexión fundamental entre los mediocampistas y los centrales, creando un vínculo vital para el fútbol contemporáneo. Los jugadores de las bandas están mostrando gran dinamismo, moviéndose constantemente por la línea de cal como si fueran gomas elásticas. La actividad es intensa; no hay tiempo para distracciones. Cada balón puede cambiar rápidamente de dirección, y Rubi busca erradicar cualquier secuencia de errores desde sus raíces.
Días intensos de entrenamiento
Este miércoles marcó el segundo día de concentración, donde se llevó a cabo otro doble entrenamiento al igual que el martes anterior. El esfuerzo colectivo está destinado a forjar un equipo más cohesionado y preparado para enfrentar los retos venideros.