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Almería es culpable de que no haya adelanto electoral
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Almería es culpable de que no haya adelanto electoral

Por Rafael M. Martos
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viernes 25 de julio de 2025, 06:00h
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Esta semana el ministro Óscar Puente presidió el “cale” del túnel de Viator (878 m de reto y técnica, excavados con el legendario método belga), y soltó aquello de que ahora “resta lo más fácil” para la llegada del AVE a Almería: la superestructura, tendidos, vías… como si todo lo difícil ya estuviese zanjado.

Y bueno, nos alegramos. Que esto avance, que Almería conecte bien y dejen de marearnos con promesas incumplidas. Pero —ojo— si nos fijamos con lupa, no todo es tan sencillo.

Primero: por activa y por pasiva, nos vendieron esto como un proyecto estrella. Tras las promesas incumplidas del PP, y cuando posteriormente ya parecía enderezado por ese mismo partido, llega la moción de censura contra M. Rajoy, y el PSOE de Ábalos-Cerdán-Koldo deciden iniciarlo todo de nuevo... a mordiscos, pero aseguraban que estaría en 2023, luego “antes de 2025” y después 2026… El propio Óscar Puente habló de “esta legislatura”… que igual se extiende hasta 2027 para que cuadre con la obra. Ganas de manipulación no faltan.

Se me ocurre pensar: ¿Pedro Sánchez está estirando esta legislatura como quien alarga una serie mala, para que termine junto con el AVE y blindarse electoralmente? Porque, pardiez, no hay prisa por convocar las generales… hasta que este tren llegue el tren a nuestra tierra.

El presidente del Gobierno parece estar desarrollando una nueva modalidad de resistencia: la de la legislatura agónica. Con casos de presunta corrupción lloviéndole por tierra, mar y aire —lo de su entorno, lo de Begoña, lo de su hermano, lo del trío calavera...—, el hombre se niega a convocar elecciones anticipadas. Da igual la presión, da igual el desgaste. La legislatura se alarga como un chicle. Y quizá, solo quizá, la razón no esté en la política, sino en las obras de Almería y su afán por ajustarse al compromiso del ministro.

Insisto, lo dijo Óscar Puente: el AVE llegará a Almería en esta legislatura. No en 2026, como se se afirmaba poco antes. No en una fecha concreta. Simplemente en esta legislatura. Y claro, si esa es la consigna, entonces tiene todo el sentido del mundo que Pedro Sánchez se aferre al sillón con uñas, dientes y adhesivo industrial. Porque si el AVE no llega, no hay foto. Y si no hay foto, no hay relato. ¿Cómo va a convocar elecciones con la obra a medias? ¿Imaginan a Almberto Núñez Feijóo inaugurando el AVE a Almería? Ya veo a los socialistas almerienses al borde del infarto político si se diese la circunstancia.

Ya falta lo fácil… pero si ese “lo fácil” incluyen instalar 4 tramos en ejecución (de 10 totales), y esos tramos son más largos que los 6 ya terminados, la matemática deja ver que hay más kilómetros en lo supuestamente “fácil” que en lo ya hecho.

Según Puente, de los 10 tramos almerienses, 6 están acabados y 4 en ejecución. Ahora bien, si esos 4 representan ese 40 % en contratos, probablemente suman más kilómetros reales que el 60 % de los contratos ya ejecutados. O sea: queda más obra de la que dicen —y puede que ese “más fácil” se traduzca en más tiempo, más costes, más imprevistos. O no, pero la complejidad del proyecto permite plantearnos esas dudas, y más cuando miramos las fechas de terminación de contratos licitados recientemente y que nos meten en 2027. y en algún caso, más allá.

Pese a todo lo anterior, ¿quién no quiere que esto acabe YA? Ya llevamos años viendo cómo, por fin “ahora sí”, se activa el túnel de Viator, los viaductos, la integración urbana… Se han inyectado cifras brutales: 2.400 millones ya entre Murcia y Almería (el 67 % del total); solo en 2024, casi 290 M€ en nuestra provincia —frente a los míseros 10 M€ de 2017

Y efectivamente, tras lo más complejo —túneles, grandes viaductos como Cebollero, Vera, Andarax— queda la superestructura, pero eso también incluye temas críticos: electrificación, vía, instalación de señalización, integración urbana… Cuestiones que suelen traer sorpresas.

Así que sí: nos alegra que digan que “resta lo más fácil”. Pero cuidado: ese “más fácil” puede durar y pesar más de lo que nos cuentan, tanto en tiempo como en euros.

Al final, parece que los plazos políticos y los plazos ferroviarios van de la mano. La legislatura puede estirarse lo que haga falta para que el tren entre justo a tiempo en la campaña electoral. Como si no estuviéramos hablando de transporte público, sino de estrategia de marketing.

Y aun así, pese al escepticismo y las dudas razonables, queremos que el AVE llegue. Queremos verlo funcionar, puntual, silencioso, eficaz. Queremos que Almería deje de ser el punto ciego del mapa ferroviario español. Pero también queremos que dejen de tratarnos como ingenuos.

Si de verdad lo vamos a ver “en esta legislatura”, que no sea porque la legislatura se convierte en una estación término sin final. Porque una cosa es no querer convocar elecciones y otra muy distinta es que el presidente de un Gobierno se convierta en el revisor de un tren que todavía no ha llegado.

Rafael M. Martos

Editor de Noticias de Almería

Periodista. Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y "Por Andalucía Libre: La postverdad construida sobre la lucha por la autonomía andaluza". Y también de las novelas "Todo por la patria", "Una bala en el faro" y "El río que mueve Andorra"