El fallecimiento a los 91 años de Brigitte Bardot, icono indiscutible del cine francés y símbolo erótico de las décadas de 1950 y 1960, supone la pérdida de una de las últimas grandes leyendas de la cinematografía europea. Tras la desaparición de Alain Delon en 2024, Bardot se mantenía como el último gran referente de una época dorada, una trayectoria que tuvo un vínculo estrecho y prolongado con la provincia de Almería. La actriz, conocida mundialmente por títulos como Y Dios creó a la mujer o El desprecio, visitó este rincón del Estado español en tres ocasiones para participar en rodajes que no solo marcaron su carrera, sino que también contribuyeron a consolidar la provincia como un plató de referencia mundial.
La relación de la intérprete con Almería comenzó en 1957 con la grabación de Los joyeros del claro de luna, bajo las órdenes de Stefen Boyd. En aquel momento, una joven Bardot interpretaba a Úrsula, una mujer que abandonaba el convento para iniciar una nueva vida en el sur de España junto a su tío, el conde de Ribera. La trama, que derivaba en un duelo trágico y una huida por el territorio, permitió a la actriz descubrir una Almería todavía virgen para el gran público internacional. De aquel primer contacto se recuerda una anécdota que refleja la tranquilidad de la época, pues la actriz lamentaba no ser reconocida por las calles debido a que su fama aún no había estallado del todo. Durante su estancia, era habitual verla realizando compras cotidianas en establecimientos emblemáticos como Mariló, en la Puerta de Purchena, donde recibía un trato cercano. La propia Bardot llegaría a manifestar que el carácter de los almerienses era tímido y muy respetuoso.
Años más tarde, ya consagrada como una estrella global, regresó en 1968 para el rodaje de Shalako, donde compartió protagonismo con Sean Connery. Esta producción, dirigida por Edward Dmytryk, utilizó el desierto de Tabernas para recrear los paisajes de Nuevo México en una historia ambientada en 1880 sobre un guía de aristócratas en territorio indio. Fue durante este rodaje cuando el fotógrafo César Lucas capturó algunas de las imágenes más icónicas de la actriz en la provincia, destacando un reportaje en blanco y negro donde se la veía vestida de blanco en los trayectos hacia el set de rodaje. Una de las fotografías más carismáticas y expuestas de aquel trabajo es la que muestra a la actriz junto a un burrito, una imagen que ha quedado grabada en la historia visual de la Almería cinematográfica.
La tercera y última incursión profesional de Bardot en la provincia tuvo lugar en 1970 con el rodaje de El Bulevar del ron. En esta ocasión, la actriz trabajó junto a Lino Ventura bajo la dirección de Robert Enrico en una historia de aventuras y romance situada en la época de la prohibición de alcohol en Estados Unidos. La película narraba el encuentro entre un capitán de barco dedicado al contrabando y una estrella de cine, uniendo de nuevo el paisaje almeriense con el glamour de las grandes producciones de la época. Con su fallecimiento, Almería pierde a una de sus visitantes más ilustres, una mujer que no solo destacó por su belleza y talento, sino que en sus últimos años dedicó su vida a la defensa de los animales y mantuvo siempre un recuerdo especial por el respeto que recibió en esta tierra.
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