Conmemorar es vivir dos veces. Por eso queremos conmemorar con todo el cariño del mundo el vigésimo aniversario de los Juegos Mediterráneos del año 2005, una competición deportiva internacional que supuso para Almería un momento de ciudad importantísimo que marcó un antes y un después en nuestra historia. Bajo el lema ‘Juntos Podemos’, Almería demostró al mundo en los XV Juegos Mediterráneos su espíritu de unidad y su capacidad organizativa. Convertir a Almería en un escenario global de una competición internacional permitió consolidarnos como referente turístico y propició la integración a nuestro patrimonio urbano de una magnífica infraestructura de instalaciones deportivas y hoteleras que ha permitido generar una oferta diferenciadora. Por otra parte, asumir el desafío de organizar un evento de tal magnitud era, también, una declaración de capacidad. Quisimos y pudimos demostrar que una Almería unida en torno a un proyecto colectivo era capaz de cumplir con los más altos estándares internacionales en logística, seguridad y hospitalidad, ganando credibilidad para albergar futuros proyectos. Y eso generó además algo que, a mi juicio, es muy importante: el impacto personal y privado para miles de almerienses que sentimos el legítimo orgullo de ver a Almería reconocida dentro y fuera de España como la ciudad que ha sabido organizar la mejor y más completa edición de los Juegos Mediterráneos. La extraordinaria participación de los 3.200 voluntarios, la implicación del conjunto de las administraciones, Ayuntamiento, Junta de Andalucía, Diputación Provincial, Gobierno de España y Comité Olímpico Español y el encuentro multicultural generaron como resultado un sentido de pertenencia positivo y renovado que, de algún modo, queremos reactivar con esta conmemoración. Para ello se ha creado una comisión integrada por Ayuntamiento, Diputación y Junta, que hemos aportado fondos para cerrar un amplio programa que incluye actividades educativas, sociales, deportivas y culturales, así como un especial reconocimiento a los voluntarios. En definitiva, el éxito de Almería 2005 no debe medirse en medallas, que es verdad que fueron muchas, sino en la capacidad de convertir un evento efímero en un legado permanente de entusiasmo, optimismo y convicción para todos los que tenemos la suerte de vivir en una gran ciudad como Almería. Seguimos trabajando.